Básicamente la comparación entre la energía consumida en el transporte de una persona o mercancía de un lugar a otro (personas-kilómetro, toneladas-kilómetro), permite establecer la eficiencia energética de los diferentes medios de transporte. Esta comparación se tendrá que hacer del modo más global posible, incluyendo la totalidad de factores, es decir, la consumida por el propio vehículo, la necesaria en la extracción, producción y transporte del combustible hasta el tanque del vehículo, la necesaria para la construcción del vehículo, mantenimiento y reciclado. Bajo este análisis de eficiencia energética, la electrificación del vehículo pesado es la solución más favorable. El grado de hibridación eléctrica dependerá del tipo de aplicación al que se vaya a destinar dicho vehículo pesado (transporte de viajeros, de residuos sólidos, etc.), así como de la tecnología disponible.
Cuando se procede, hoy en día, a la adquisición en el mercado de un vehículo pesado, al comprador se le presenta un mayor número de elecciones para decidir que si fuera un vehículo turismo. Como comprador, uno puede especificar el tipo de sistema de propulsión de acuerdo con tus necesidades. Al igual que en un turismo, se puede elegir entre diferentes tipos de motores y de cajas de cambios manuales o automáticas, sin embargo, las similitudes son pocas. Por el contrario, en un vehículo pesado, no solamente se puede elegir entre el tipo de motor y la transmisión, sino también, se puede selecciona el número de cambios, el números de ejes, diferentes sistemas de suspensión, etc. En un futuro próximo, el número de elecciones se incrementará debido a la introducción de la tecnología híbrida. La elección se extenderá no solamente a algunos nuevos componentes, tales como el motor/generador, las baterías, etc., sino también, a cómo se configure el sistema de propulsión híbrido (serie o paralelo). Esto puede significar que virtualmente ningún sistema de propulsión sea el mismo.
Además se plantea otro problema adicional, relacionado con el proceso de homologación de este tipo de vehículos (conocidos en la terminología anglosajona como heavy duty vehicles). La certificación de las emisiones contaminantes de los vehículos pesados se realiza, de manera individual sólo al motor térmico, en banco de pruebas mediante un dispositivo que actúa sobre el propio motor térmico a través de ciclos normalizados, a diferencia de los vehículos turismo, cuya certificación se realiza en banco de rodillos con vehículo completo. Para lo vehículos híbridos, este proceso de certificación no es aplicable, ya que las variables que se introducen en el sistema híbrido con máquinas eléctricas, las baterías y la estrategia de control desvirtúan completamente el ensayo tradicional sobre solo el motor térmico, es decir, no se pueden utilizar como una acción representativa.
Una alternativa al actual proceso de certificación podría ser un banco de rodillos, donde se pudiera ensayar el vehículo completo y, así, defender las ventajas de la hibridación del sistema propulsor. Esto sin embargo, es excesivamente costoso no solamente en instalaciones sino también en tiempo de ensayo. En este sentido, se está tratando de generar un nuevo proceso de certificación para los vehículos pesados híbridos que combine modelos de los diferentes componentes de la configuración híbrida y simulación en ordenador junto con ensayos en banco de pruebas.
En la actualidad, se está desarrollando a través del consorcio, CASTROSUA, AVIA ingeniería y el INSIA-UPM, un autobús estándar completamente eléctrico, que contribuirá a la sostenibilidad del transporte urbano de personas.