Somos un proyecto social, sin ánimo de lucro, que se sirve de una estructura empresarial para cumplir su misión: dar trabajo y ocupar a personas de colectivos vulnerables. Todas las personas y en especial las personas en riesgo de exclusión social son el eje principal en torno al cual giran nuestra misión y todas nuestras actividades empresariales (una industria alimentaria donde producimos yogures y postres lácteos, helados y mermeladas, una granja de vacas, un servicio de jardinería, un servicio de atención al visitante etc.) y un amplio abanico de servicios sociales y asistenciales (terapia ocupacional, vivienda, ocio …)
El próximo año 2022, celebramos el 40 aniversario de la creación de nuestro proyecto que en aquel momento se impulsó bajo la forma de cooperativa y cuyas actividades productivas gestiona desde 2015 La Fageda Fundació.
Solemos decir que nuestro proyecto lleva impregnado en su ADN la responsabilidad social. Analizando cómo impactamos en el desarrollo del objetivo número 2 de desarrollo sostenible: Cero Hambre, tenemos varias reflexiones a compartir dado que las acciones que llevamos a cabo en relación con este objetivo son diversas e impactan directamente tanto a las personas de nuestra organización como a otros colectivos de la sociedad.
De entrada, pensamos que generar puestos de trabajo para colectivos en riesgo de exclusión social por una parte y acompañar a las personas en su entrada al mercado laboral “ordinario” por otra, favorecen la posibilidad de acceder a una alimentación y nutrición correctas. A nadie se le escapa que el acceso a la alimentación depende, principalmente, de la posibilidad de generar ingresos, de cada persona y de cada familia.
Por otra parte, colaboramos con diferentes entidades sociales entre ellas, el Banco de Alimentos. En 2020 les aportamos 670.000 unidades de nuestros productos.
El desperdicio de alimentos es un crimen, habida cuenta de la cantidad de personas que no pueden acceder a alimentos de forma suficiente. Y en este punto, somos muy activos buscando soluciones, cada uno en función de sus posibilidades.
Ya en 2013 fuimos pioneros en el cambio de fecha de caducidad a fecha de consumo preferente en el etiquetaje de nuestros yogures y productos fermentados. Puede parecer baladí, pero el hecho de que un producto no caduque en una fecha, sino que te lo puedas comer sin ningún problema más allá de ese día cuando su almacenaje ha sido correcto en tu frigorífico, evita tirar comida que puede consumirse. Pendiente queda el debate, de qué hacer para consensuar con las empresas de distribución, la racionalización del porcentaje de vida útil (70-80%) que se exige para entrar los productos al lineal. Para que nos entendamos, un yogur con una vida útil (consumo preferente) de 42 días, ya no entraría en según qué gran superficie, cuando aún tiene 29 días hasta llegar a su fecha de consumo preferente.
Y mientras tanto, trabajamos con una empresa especializada en la venta de productos que tienen muy cercana esa fecha de consumo preferente.
Nuestro yogur en formato de 500 g, envasado en cartón, va en la línea de ofrecer un producto para compartir, o para que puedas dosificarte en tu taza, la cantidad que desees sin que tengas que tirar el resto. Este tipo de iniciativas más a granel, también han tenido buena acogida en servicios de comedor escolar, donde no todas las criaturas tienen el mismo apetito, por lo que servirles la cantidad adecuada, también evita desperdiciar alimento.
Nos motiva ser creativos y solidarios, y siempre intentamos impulsar iniciativas que puedan ayudar a las personas de nuestra organización. Es el caso de El Rebost de La Fageda, una tienda al servicio exclusivo de las personas de La Fageda dónde podemos adquirir productos a un precio ventajoso, desde alimentos lácteos a vegetales cultivados de forma ecológica en nuestro huerto. Incluso el producto derivado de los ensayos industriales de nuevos productos, se reparten entre todos los miembros de La Fageda. Otra iniciativa interna, del Comité de Empresa en este caso, es hacer posible que cada semana tengamos disponible una fruta distinta para disfrutar en los descansos.
En definitiva, estamos convencidos que la solución global vendrá desde la aportación individual y el compromiso y responsabilidad de cada uno de nosotros con la sociedad que nos rodea.
Esta artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial de la Alimentación, promovido por Acción contra el Hambre.