Frente a esta masa popular de corredores, hay que recordar que menos de 100 hombres y mujeres corren por competir, por obtener las medallas a la excelencia, a la dedicación exclusiva y a una vida consagrada al oro de las carreras. Son los profesionales del deporte, la élite que atrae a las cámaras y que son noticia. Sin embargo, en el compromiso popular por estas carreras, son sólo una anécdota en el camino. Lo importante son los 599.900 corredores restantes que quieren vivir con alegría y compromiso su vocación por correr, por compartir, y muchas veces, con fines solidarios.
De igual modo, el compromiso por la Igualdad en el seno de las organizaciones puede realizarse de una manera competitiva en post del oro de la excelencia con la metodología de diversos sellos y certificaciones de calidad referidos a la Igualdad y a la Conciliación. Las cámaras de la prensa se detienen en ellos cada año, cada mes o cada semana. Reciben sus diplomas y cuelgan de sus webs sus trofeos. Y esto es bueno, es estimulante y crea nuevos corredores competitivos.
Sin embargo, la mayoría de los empresarios, de los directivos y de los consejeros españoles se miran al espejo y piensan que hace mucho que llevan sin apuntarse a un gimnasio y sin salir a hacer ejercicio. La mayoría de ellos querría ser capaz de competir, pero el listón está muy alto y resulta desalentadora la competición. Es decir, que piensan que su organización no está preparada para, de la noche a la mañana, estar en la élite de los corredores de esta maratón profesional por la Igualdad y cumplir con el cien por cien de las exigencias, porque ellos mismos no se sienten al cien por cien.
En cambio, casi todos somos conscientes de la gravedad del asunto. La Igualdad hará organizaciones mejores, con personas mejores y más estimuladas, con una mayor justicia social y personal. Para la mayoría no es posible detraer del día a día recursos suficientes para cumplir todos los objetivos en un solo ejercicio (económico); pero sí es posible plantearse pequeñas metas particulares que sean anuales, asumibles, revisables y comprobables.
Son muchos los empresarios, directivos y consejeros que ya se han planteado un modelo de autorregulación basado en su compromiso personal por la Igualdad y compiten en su propia carrera en solitario por mejorar las cosas en la medida de lo posible. Muchas de ellas son empresas de menos de 250 trabajadores y, por tanto, no obligadas por la ley a implantar un Plan de Igualdad. Otros esperan en el sillón un cambio de coyuntura económica, una mejoría económica o una mayor disposición de recursos humanos para asignarlos a estas tareas.
También existen grandes empresas acostumbradas a gestionar su Plan de Igualdad después de siete años haciéndolo por imperativo legal. Sin embargo, la ley de género se les queda corta y han ido trasvasando su modelo de Igualdad aplicado a la mujer hacia otros colectivos necesitados también de Igualdad: discapacitados, superdotados, colectivos en exclusión social, gays y lesbianas, inmigrantes, etc.
Algunos han hecho el recorrido desde un departamento de Igualdad hacia uno de Diversidad y/o Corresponsabilidad. Y tienen razón en gestionar de una manera integral todas las diversidades, aunque la de género sigue siendo la carencia más frecuente y la brecha más abierta a nivel de acoso, salario, desarrollo profesional, conciliación, carrera directiva, etc.
Tanto para los unos, como para los otros, existe un nuevo camino que recorrer. La diferencia es que ahora no será un camino en solitario, una carrera por el parque en la soledad, el frío y con nocturnidad. Si no que proponemos una carrera popular por la Igualdad de Oportunidades entre hombres y mujeres. Además, será una carrera donde lo importante no es el género (uno de los sexos) sino la Igualdad entre todos, también la Igualdad ante la discapacidad, ante la diversidad cultural, las diferencias generacionales y de capacidades personales. Y donde se estimularán las buenas prácticas, el compartir las experiencias y abordar acciones conjuntas. Será un gran club social de corredores populares por la Igualdad.
Las experiencias compartidas y las iniciativas diferenciadas en función de realidades distintas suponen una propuesta de valor basada en una autorregulación real por parte de empresarios y gerentes de empresa. No les vendrá nada impuesto, sino que su propia realidad les señalará caminos que transitar y en los hitos alcanzados por otras compañías encontrarán atajos para implementar medidas que faciliten el éxito hacia la Igualdad. Podrán participar en grupos de trabajo sectoriales o regionales que les faciliten compartir estos conocimientos y experiencias reales adaptables.
El itinerario que el Grupo de Trabajo por la Igualdad de Oportunidades creado por ECOFIN y por la fundación de MADRID WOMAN’S WEEK propone es un camino compartido, estimulado y acompañado hacia una Igualdad real basado en un compromiso propio (‘el Compromiso’) y un recorrido tutelado (‘el Itinerario’) basado en objetivos autoimpuestos que supongan una mejora continua anual sobre retos reales, asumibles y mensurables sobre los que un comité técnico de esta fundación por la Igualdad certifique que se participa en la carrera popular por la Igualdad y se estimule a que cientos de miles de empresas públicas y privadas se comprometan ante la Sociedad por hacer de sus organizaciones un ejemplo de Igualdad (y que lo hagan).
El Compromiso
Otra característica muy especial de este nuevo concepto de ‘Empresas Comprometidas’ es que no se trata de auditar una realidad y emitir un certificado que afecta a la organización de una manera genérica.
Antes al contrario, se trata de obtener el compromiso de los empresarios, de los dueños, de los accionistas, de los patronos, de los consejeros, de los gerentes… de aquellos que tienen el poder y la capacidad de comprometer a toda la organización en el camino conjunto de todos en post de la Igualdad de Oportunidades.
A los que deciden se les pedirá honestidad en la palabra dada y corresponsabilidad en extender este compromiso a todos los miembros de la organización. Como en una cascada, el compromiso compromete en hacer fluir el agua del objetivo de la Igualdad hacia todos los departamentos, divisiones, áreas, regiones y demás estructura organizativa. No es un compromiso exclusivo de la empresa o de quien la gobierna, sino que debe ser un compromiso compartido con todos, para que todos se sientan partícipes y corredores de esta maratón popular por la Igualdad.
Sabemos que la Igualdad para que sea una realidad capilar en toda la sociedad y en las organizaciones que la estructuran, debe compartirse en toda la estructura funcional, implicarse a todas las personas y conseguir un cambio cultural que no se obtiene con un mero comunicado interno, ordenanza o memorándum. Más allá del formulario, este nuevo itinerario hacia la Igualdad persigue que la comunicación e implicación de las personas que hacen las empresas sea el principal garante de la permanencia de las buenas prácticas en el seno de las organizaciones por el compromiso de sus dueños, sus gerentes y todas las personas que la conforman.
En resumen, un itinerario a la Igualdad basado en un compromiso de los que deciden y un itinerario autorregulado y supervisado por un comité técnico independiente ligado a la fundación de la Igualdad, la Fundación Woman’s Week, y al Foro ECOFIN, que son sus promotores. Y si de esta actividad emerge alguna vez un superávit económico, el compromiso de ambas instituciones es revertirlo íntegramente en la promoción y estimulación de esta carrera popular por la Igualdad a través de las actividades de la Fundación Woman’s Week, una organización sin ánimo de lucro cuyos objetivos estatutarios están centrados en conseguir un mundo más justo a través del empeño por lograr la Igualdad de Oportunidades en todos los ámbitos de la sociedad.