El cáncer de piel, y en particular el melanoma, es una enfermedad que nos preocupa a todos. Su incidencia está aumentando a un ritmo alarmante, convirtiéndose en el tumor maligno más frecuente en el mundo. En España, se estima que una de cada cinco personas desarrollará un cáncer cutáneo a lo largo de su vida.
El melanoma, aunque representa solo el 4% de todos los cánceres de piel, es el responsable del 80% de las muertes por esta enfermedad.
La incidencia es de 8 – 10 casos por cada 100.000 habitantes, y es mas usual en mujeres. Aunque afecta a todas las edades, es más frecuente a partir de los 55 años. En la última década, se ha observado un incremento de este tipo de tumor, sobre todo en población joven de entre 25 y 29 años. Este aumento está estrechamente relacionado con el estilo de vida actual, que nos lleva a pasar más tiempo al aire libre y a estar más expuestos al sol. La radiación ultravioleta (UV) del sol es el principal factor de riesgo para el desarrollo del melanoma, y su uso cada vez más frecuente de camas de bronceado artificiales contribuye aún más al problema.
Las cifras son alarmantes, la buena noticia es que la mayoría de los casos de melanoma podrían prevenirse con medidas sencillas y responsables. Más del 90% de los cánceres de piel podrían prevenirse mediate la protección solar. Por ello es tan importante protegerse de las radiaciones solares, no solamente en las playas y piscinas durante el verano, también durante el resto del año y siempre que estemos expuestos al sol.
¿Qué podemos hacer para protegernos?
- Usar protector solar: Es fundamental aplicarse protector solar con un factor de protección solar (FPS) adecuado a nuestro fototipo de piel, de forma generosa y uniforme, antes y durante la exposición al sol. Es importante repetir la aplicación cada dos horas y después de cada baño.
- Evitar la exposición solar en las horas centrales del día: Entre las 12 y las 16 horas, los rayos del sol son más intensos y dañinos. Es recomendable limitar la exposición durante estas horas o buscar la sombra.
- Usar ropa protectora: Camisetas de manga larga, pantalones largos, sombreros y gafas de sol son nuestros aliados para protegernos de la radiación UV.
- No utilizar camas de bronceado: La exposición artificial a la radiación UV aumenta el riesgo de desarrollar melanoma.
- Autoexplorarse la piel con regularidad: Es importante observar cualquier cambio en la forma, tamaño o color de nuestros lunares. Si detectamos alguna anomalía, debemos acudir al dermatólogo sin demora.
Además de estas medidas generales, es importante que las personas con mayor riesgo de melanoma, como aquellas con antecedentes familiares de la enfermedad o con los lunares atípicos, se realicen revisiones dermatológicas periódicas.
La prevención es la mejor arma contra el melanoma. Siguiendo estas sencillas medidas, podemos reducir significativamente el riesgo de desarrollar esta enfermedad. Sin embargo, la responsabilidad social también juega un papel crucial en la prevención del melanoma. Las autoridades sanitarias deben implementar campañas de concienciación sobre los riesgos del sol, favorecer la equidad en la protección solar y promover cambios estructurales en espacios públicos que protejan de la radiación solar.
Desde la Asociación Contra el Cáncer, queremos concienciar a la población sobre la importancia de la prevención del melanoma. Ofrecemos información y recursos para que todos puedan tomar medidas para proteger su piel.
¡Juntos podemos prevenir el melanoma!
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