Los esfuerzos por reducir los índices de pobreza y exclusión social en México han servido de poco y esto se refleja en que la población que vive en estas condiciones aumentó de 44.5% a 46.2%, que se traduce en un incremento de 48.8 a 52 millones de personas entre 2008 y 2010, en tanto 11.7 millones viven en situación de pobreza extrema, de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL).
Asimismo, 12 entidades de 32 se ubican en un nivel de entre muy alto y muy bajo en grado de rezago social, es decir registran carencias y rezagos en educación, acceso a los servicios de salud y servicios básicos en la vivienda.
Este escenario dimensiona la magnitud de los grandes desafíos que enfrenta el Estado para erradicar la pobreza, especialmente en las regiones y los grupos sociales más desfavorecidos y rezagados.
Estoy convencida de que la Responsabilidad Social Empresarial se ha convertido en un motor de cambio para el país, porque a través del trabajo que realizan organizaciones, fundaciones y asociaciones se puede incidir en las políticas públicas y generar mejores condiciones de desarrollo y oportunidades para los grupos sociales más vulnerables.
En este contexto el Movimiento Activo de Jóvenes Comprometidos por la Calidad A.C. (MAJOCCA) ha asumido el reto y compromiso de generar más y mejores oportunidades de desarrollo, atender y dar asistencia a las personas y comunidades en condiciones de pobreza; niños, adolescentes, mujeres embarazadas, adultos mayores en riesgo, comunidades indígenas y rurales.