La revolución digital, concretamente la inteligencia artificial (IA), está en el orden del día en todas las industrias. Según el Informe Ascendant 2024 publicado por Mindsait, el 65% de las organizaciones en España ya se está centrando en el desarrollo de casos de uso de Inteligencia Artificial.
El auge de la IA también se extiende al ámbito farmacéutico. Como indica el informe, el 30% de organizaciones en el sector farmacéutico ya aplican esta tecnología en distintas actividades. Tres campos en los que recientemente ha destacado el potencial de la IA son el descubrimiento de nuevas terapias, la aceleración de ensayos clínicos y el desarrollo de modelos predictivos a partir de data lakes y de Real World Data (RWD). Pero las posibilidades que ofrece son muchas más. Siempre, sin perder de vista un fin esencial: mejorar la vida de los pacientes agilizando toda la cadena de valor sanitaria.
Desde Novartis tenemos el propósito de reimaginar la medicina. Queremos desafiar los paradigmas actuales en salud para ofrecer soluciones novedosas a los pacientes, transformar la manera en la que creamos medicamentos innovadores, implicarnos con el ecosistema, y mejorar nuestra eficiencia operativa. Por esta razón, apostamos por la IA como aliada en el camino hacia una (r)evolución sanitaria que nos permita ofrecer soluciones para las patologías más prevalentes de la sociedad como el cáncer o las cardiopatías: primera y segunda causa de muerte en España.
A día de hoy contamos con herramientas de aprendizaje automático y analítica avanzada bien integradas en nuestra forma de trabajar. Por ejemplo, contamos con nuestro Laboratorio de Innovación en IA, un espacio en colaboración con Microsoft ideado con el objetivo de reforzar nuestras capacidades en IA para acelerar los avances y el desarrollo de medicamentos transformadores para pacientes en todo el mundo.
Otro campo por el que apostamos es la aplicación de la IA en el desarrollo de ensayos clínicos. Si promovemos procesos de aprendizaje automático, podremos crear algoritmos capaces de gestionar grandes volúmenes de datos de pacientes, establecer conexiones o interpretar patrones. En esta línea, la IA también puede ser una aliada para identificar aquellas poblaciones de las que necesitamos todavía más datos para enriquecer los estudios. Todos estos beneficios acaban repercutiendo en un factor esencial: acelerar el desarrollo de nuevas terapias y avanzar hacia un modelo de medicina más personalizada.
Por si fuera poco, la IA no solo puede transformar la manera en la que investigamos nuevas moléculas y evaluamos nuevas terapias, sino que puede incidir en toda la cadena de valor sanitaria y en todo el recorrido asistencial de los pacientes: un mejor diagnóstico de las patologías, un mayor conocimiento de los pacientes para mejorar la relación con ellos en su atención, la optimización de procesos de fabricación y distribución o incluso el avance en materia de farmacovigilancia y seguridad.
No obstante, para avanzar en este camino tan prometedor para la innovación sanitaria no debemos perder de vista tres ejes fundamentales. Uno de ellos es la promoción del talento especializado. Desde Novartis tenemos un sólido compromiso con el impulso de profesionales multidisciplinares encargados de investigar estas tecnologías para, de este modo, descubrir todo el potencial que pueden ofrecernos y la manera más responsable y sostenible de hacerlo. Por ejemplo, contamos con 6 Hubs con 460 especialistas en los que también estudiamos el uso de la IA para mejorar nuestros procesos internos.
Otro eje imprescindible será la colaboración público-privada. Dice el dicho que “la unión hace la fuerza” y contamos con ejemplos que lo demuestran. En Novartis hemos colaborado en proyectos como el sistema de detección de dislipidemias en centros de salud de Castilla y León para la atención preventiva de pacientes cardiovasculares. Del mismo modo, colaboramos en Hackathons y programas de innovación con startups que buscan enriquecer la asistencia sanitaria con sistemas como la IA, junto a otros.
El tercer gran eje al que debemos prestar atención es la ética. Desde Novartis disponemos de un Código Ético en el que la IA se concibe como un proyecto multifuncional que puede impactar sobre todas las áreas de nuestra actividad. Por ello promovemos pilares de integridad y privacidad de datos para garantizar que nuestra andadura en la transformación digital sanitaria cumple con nuestros valores como compañía y promueve, por encima de todo, la salud, el bienestar y la seguridad de las personas.
En conclusión, el auge de la IA en la salud responde a una meta hacia la que todos debemos dirigirnos: la evolución hacia un modelo de medicina de precisión, más personalizada, capaz de adecuarse a cada paciente y de acelerar la innovación. Es incuestionable que esta tecnología puede verdaderamente revolucionar la salud, y es nuestra responsabilidad, como ecosistema sanitario, velar por un desarrollo responsable y seguro para, al final, remar hacia un mismo fin: prolongar y mejorar la vida de las personas.
Esta tribuna forma parte del Dosier Corresponsables: Por una IA Responsable, junto a Esade y Fundación SERES