Todo ello ha favorecido que desde las profesiones colegiadas hagamos un acercamiento diferente al fenómeno. Defendimos, eso sí, desde un primer momento que la deontología profesional -el fuegoera el embrión dela RSCy defendimos también que no había RSC posible si no se conjugaba con los códigos éticos que autorregulan cada una de las profesiones que ejercen quienes ejecutan, gestionan o dirigen una organización empresarial o institucional. Y, ahora, defendemos quela RSCdebe de ser también una práctica integrada en el día a día de los colegios profesionales, no sólo como acción social, sino como ejemplo de buen gobierno, de transparencia y de gestión eficiente de los recursos.
Gracias a la penetración dela RSCen todo el tejido empresarial, la ética se ha recobrado su impulso como marco de actuación; ha roto el ritmo, incluso, en el que venía corriendo la deontología profesional. Un debate que se ha reabierto también con la actual tramitación dela Leyde Sociedades Profesionales, cuya actividad también deberá ser objeto de deontología específica, controlada por el correspondiente colegio profesional y exigida por todos los ciudadanos, clientes y consumidores. En realidad, Responsabilidad Social y Responsabilidad Individual son la misma cosa. Todo gira en torno al individuo, al denominado capital humano, ése que da personalidad e identidad al tejido profesional español, ése que el historiador Gabriel Tortella define como "el factor de producción más importante del siglo XXI" y que no es "ni la tierra ni el trabajo bruto, ni siquiera el capital físico".(…)
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