Como consecuencia de ello, uno de los aspectos que más se valora y cuida es su capacidad de estar al día y de poder responder a nuevos retos. Desde el principio, ésta debe competir para estar en el mercado, conseguir una cuota en el mismo y, sobre todo, para permanecer en él; lo que empuja a innovar en torno a sus productos y modernizar sus estructuras, tanto las de costes como las de personal. Pero, por otro lado, también existe una sensibilización y un acercamiento a lo social.
Aunque en los años 50 nacieron las bases de lo que en la actualidad denominamos Responsabilidad Social Corporativa, algunas de las causas que han contribuido a la decisión de las empresas para asumir políticas de RSC son, entre otras, las nuevas inquietudes y expectativas que los ciudadanos, consumidores, poderes públicos e inversores; lo que esperan de las empresas en un contexto de globalización y con grandes cambios en las formas de producir, y la evolución de la sensibilidad social en torno a temas éticos. Las creencias del público han evolucionado, sin lugar a duda, durante la segunda parte del siglo XX hacia temas éticos. ¿Quién, hoy en día, no comparte la idea que hay que reforzar la ética pública, la ética en la información.(…)
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