El Voluntariado Corporativo es considerado como un elemento importante dentro de las políticas de Responsabilidad Social de la Empresa (RSE). Como sabemos, la RSE constituye, de una parte, una filosofía de gestión; y de otra, un modelo de empresa implicado con su entorno y sus grupos de interés, atento no sólo a la maximización del valor de las acciones y a la búsqueda exclusiva del beneficio económico, sino también, orientado a una amplia gama de actividades y políticas de corte más pro social.
El Voluntariado Corporativo puede ser un vehículo útil para la colaboración del mundo de la empresa con el tercer sector con el fin de solucionar problemas sociales que, con frecuencia, escapan a la atención de las administraciones públicas; y así contribuir desde la colaboración público-privada a la configuración de una sociedad mejor. Al actuar de esta forma, la empresa vendría a comportarse como lo haría un buen ciudadano o un buen vecino, sólo que en este caso el agente no sería una persona sino una empresa, un agente corporativo.
Por otra parte, en relación al consumidor, resulta evidente que hoy en día, aquéllos disponen de mucha más información sobre el comportamiento social de las empresas. Por consiguiente, las actividades de Voluntariado Corporativo, comunicadas de forma apropiada, pueden hacer que el consumidor tenga una imagen positiva respecto de la compañía y que ésta goce del valor intangible que supone adquirir una buena reputación. Pero, no debemos olvidar tampoco a un stakeholder clave, como son los empleados que también crean demanda de RSC, a las que la compañía puede responder de diversas formas, como el desarrollo de un programa de Voluntariado Corporativo para que los empleados puedan implicarse en la comunidad.
Las empresas que optan por implementar programas de Voluntariado Corporativo pueden estar motivadas por conseguir todos o algunos de los beneficios siguientes: reputación e imagen, legitimidad, expectativas externas, responsabilidad social, competitividad productividad, lealtad consumidor, ventas, trabajo en equipo, captación de talento, formación, compromiso, habilidades del trabajador, orgullo de pertenencia, etc. Así, aunque hay aproximaciones al Voluntariado Corporativo que destacan el propio interés de la empresa por obtener un beneficio futuro mediante este tipo de programas, la literatura -sobre todo la que se enfoca desde el prisma de la Teoría Social del Intercambio- abunda en la idea de que las compañías ponen en marcha programas de VC para generar una win-win situation donde se beneficien tanto ellas, cuanto el entorno y la sociedad en su conjunto.
Siendo esto así, y siendo el Voluntariado Corporativo es un fenómeno en pleno auge, nos hacemos la siguiente pregunta: ¿por qué las cuotas de participación de los empleados en este tipo de programas siguen siendo bajas?
Felicidades a Marcos, a Pablo y a todo el fantástico equipo por las bodas de oro -50 números- de la revista Corresponsables; y por vuestra increíble labor en el campo de la Responsabilidad Social; siempre tendiendo puentes tanto entre la empresa y la sociedad, como entre la empresa y la academia.