Muchas de las tecnologías necesarias para reducir el CO2 a las que debemos llegar aún no se han desarrollado o incluso están en modo prototipo. Aún los costes son altos para ponerlas en marcha, por ello el factor tiempo es clave para garantizar un suministro de energía sostenible y asequible, para llegar a los objetivos que nos hemos marcado.
Según el último informe de IEA (Agencia Internacional de Energía), necesitamos impulsar grandes avances en la innovación de energías limpias. La mayoría de las reducciones en las emisiones de CO2 hasta 2030 provienen de tecnologías que ya están en el mercado hoy. Pero en 2050, IEA nos advierte que casi la mitad de las reducciones de CO2 provienen de tecnologías que se encuentran actualmente en fase de demostración o prototipo. Tendremos que realizar importantes esfuerzos de innovación para llevar estas nuevas tecnologías al mercado a tiempo.
Para alcanzar cero emisiones netas en 2050, nos señalan que la inversión anual en energía limpia en todo el mundo deberá triplicarse en 2030 a alrededor de 4 billones de dólares. Esto creará millones de nuevos puestos de trabajo, impulsará significativamente el crecimiento económico mundial y logrará el acceso universal a la electricidad y otras energías limpias en todo el mundo para finales de esta década.
En todo este proceso de transformación, deberemos tener en cuenta las demandas de información relativas al impacto en la reducción de emisiones en las empresas. Las organizaciones deberán tener un reporting y contabilidad de las emisiones GEI, que permita ser consistentes en sus metodologías de cálculo para que el análisis de dicha información sea significativo en el largo plazo. Deberán asegurar la precisión de los datos evitando los errores en desviaciones o cálculos, y documentar de forma transparente los cambios en las metodologías, límites de inventario o cualquier otro factor que pueda ser relevante en la información que comparten con sus stakeholders.
Si bien la digitalización no es el factor más importante para descarbonizar y alcanzar el cero absoluto en emisiones, sí es cierto que puede ayudar mucho ya no solo en implementar modelos de cálculos como se está realizando actualmente, sino que también aumenta la capacidad de hacer simulaciones con diferentes parámetros o modelos que permitan realizar un benchmarking, que facilitará, por supuesto, a la toma de decisiones. La combinación con inteligencia artificial para tener modelos predictivos y estudiar posibles escenarios en horizontes 2030 y 2050, será clave para evaluar el desempeño y la aportación de las empresas.
Todo ello nos está llevando a un mayor desarrollo de la innovación tecnológica relativa a la forma en la que las empresas comunican sus estrategias, planes y acciones para llegar al net zero en 2050. La tecnología de gestión de la información y comunicación, será clave para poder medir y generar confianza en los stakeholders implicados en toda esta transformación energética.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial del Medioambiente, promovido por Ayuda en Acción dentro de su proyecto #1Planet4All, financiado por la Unión Europea.