En Alemania, Estados Unidos, Italia e India, el sector está también experimentando un gran dinamismo.En esta nueva ‘era dorada de la filantropía’, las fundaciones, libres de las presiones a corto plazo que afectan a las empresas y a los gobiernos parecen bien posicionadas para ayudar a resolver algunos de los problemas que afectan hoy día a la humanidad, tales como la pobreza, el cambio climático o las enfermedades incurables, entre otros.
Sin embargo, a pesar de la idoneidad cultural e institucional de las diferentes fundaciones para asumir responsabilidades sociales y para potenciar la innovación, y de su vocación por estas tareas, sus proyectos a menudo se ven recortados por la falta de recursos materiales, de profesionalización o de capacidad técnica. (…)
La colaboración entre fundaciones y empresa no sólo será importante para abordar diferentes objetivos públicos críticos, que ninguno puede abordar por separado, sino también para modelar un nuevo juego de relaciones que ayude a conformar una sociedad productiva y justa enla época de rápidos cambios en la que vivimos.
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