Cuando asumí el liderazgo de LATAM Airlines en Ecuador no solo pensé en lo importante de la tarea. De hecho, trabajar con un equipo joven pero experimentado en un sector tan retador tenía que ser una experiencia enriquecedora. No lo dudé ni un instante. También pensé en la responsabilidad que llegaba con el cargo. Una responsabilidad para con el resto de mujeres que como yo, en algún momento han soñado con volar alto.
Soy una mujer muy enfocada en los logros personales y profesionales, y desde hace mucho me he sumado a otros líderes que buscan como yo, aportar en el cierre de brechas de género. En confiar que visibilizando casos de éxito donde la mujer asume posiciones de liderazgo, apuntamos a que en países donde todavía existen trabas para que una mujer logre lo que se propone en el ámbito laboral, se cambie el chip y se apunte a un mundo donde la equidad de género sea igual a la libertad de pensamiento.
Leía hace poco datos de la ONU que confirman que la participación femenina en altos cargos políticos como líderes del parlamento aún es muy baja. En el mundo, los parlamentos nacionales tienen solo el 23,7% de participación femenina, una cifra muy alejada de la esperada “paridad”.
Estoy feliz, en ese sentido, de haber llegado a una empresa donde una política de diversidad e inclusión es una realidad. En la que estamos comprometidos con la representación femenina. De hecho, el 60% de nuestra Mesa Ejecutiva está conformada por talento femenino. Eso me llena de orgullo y esperanza de que vamos por buen camino.
Pero esto no puede ni debe ser el final de la representación. Todos, desde nuestros frentes, debemos fortalecer acciones que sumen a un mismo objetivo, la inclusión femenina dentro de la fuerza laboral que forma el talento del país, un talento que debe ser impactado desde joven.
Con nuestro programa “Aterrizando sueños” y de la mano de Plan Internacional, decenas de hijas de nuestros colaboradores en edades de 15 a 18 años, han sido capacitadas en liderazgo y desarrollo de capacidades interpersonales, habilidades que les permitirán abrirse puertas en sus entornos académicos y cuando sea necesario, en sus espacios laborales.
Me gusta decir que como organización estamos en la cima de la ola en materia de búsqueda y generación de oportunidades para esas mujeres que recién toman conciencia de su profesión. Durante el 2022, ha sido un logro absoluto poder visitar en escuelas y ferias laborales a cientos de estudiantes, con nuestras pilotos y nuestras técnicas de mantenimiento, quienes contando su propia experiencia, dan luces del cómo llegaron a trabajar en la industria aérea.
Tener esta visibilidad del rol femenino en Ecuador, nos alienta a seguir desplegando esfuerzos para fortalecer aquellos espacios de representación que hemos creado como compañía y activar iniciativas que además inciten a una mirada nueva del mundo, un mundo sin discriminación y sin sesgos.
Y esos esfuerzos se han ido tejiendo de la mano de nuestra estrategia de sostenibilidad alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Cuando lanzamos esta renovada estrategia, en mayo de 2021, lo hicimos luego de un diálogo abierto y transparente con cientos de actores: autoridades políticas, miembros de la academia, investigadores, organizaciones no gubernamentales, entre muchos otros, de cara a entender cuáles eran las necesidades y prioridades que el mundo requiere hoy.
Así hemos desplegado una serie de proyectos. Uno de ellos, es Segundo Vuelo, una apuesta por la reutilización de trajes de tripulación para la producción de nuevos elementos como carteras, cintos, collares, aretes, y mucho más. Un proyecto de economía circular que liderado por Maria Angeles Hernandez Sánchez “Maya”, una diseñadora y empresaria ecuatoriana, ha calado ampliamente en el desarrollo económico de dos comunidades conformadas por artesanas ecuatorianas: la Asociación de Mujeres Bordadoras de la Comunidad de la provincia de Cañar, y los Tejedores de Paja Toquilla de la provincia de Azuay.
Estas acciones me dan pie a volver a reflexionar sobre la representación femenina desde sus diferentes frentes, un tema tan relevante para el cierre de brechas de género, y también sobre la importancia que tienen las iniciativas que los líderes en la industria suman en el día a día.
Volar, soñar y aterrizar. Un vuelo en el que más mujeres deben sumar con sus propios esfuerzos.
Esta tribuna forma parte del Dosier Corresponsables “El rol de la mujer en el desarrollo sostenible: Retos y oportunidades”