En la actualidad, el grado de devastación de la Naturaleza es tan grande que se han disparado todas las señales de alarma. Los políticos y las administraciones son lentos y muchas empresas temen perder beneficios aplicando mejoras medioambientales y sociales en su funcionamiento.
Pero los electores y los consumidores son, en realidad, quienes tienen/tenemos la última palabra. Los cambios que tenemos que llevar a cabo si queremos detener la destrucción de nuestros hábitats son urgentes. Muchos electores y consumidores ya lo han/hemos detectado. No van/vamos a esperar a que los políticos y los empresarios tomen la iniciativa. Con sus votos y sus hábitos de consumo castigarán o premiarán, castigaremos o premiaremos, a aquellos que se decanten por la destrucción o por la regeneración de nuestro planeta.(…)
No es fácil resistir a tanto cambio disfrazado de mejora y bienestar, pero es importante hacerlo si queremos mantener nuestra dignidad cuando tenemos en cuenta que las generaciones venideras nos pedirán responsabilidad sobre nuestros actos y es bueno tener la conciencia tranquila cuando pensemos: "Yo no contribuí a la destrucción…". Debemos hacer todo lo posible para regenerar nuestro planeta.
* Más información sobre DOSSIER GRAN CONSUMO Y RSE (nº 1) aquí