Estamos hablando, por tanto, de implantar un modelo de gestión del impacto, que desarrolle los procesos necesarios para planificar, hacer, verificar y actuar. No es muy original. Seguro que han reconocido el famoso ciclo de mejora continua de Deming que, aunque al principio se enfocó en aspectos de producción, en realidad es muy versátil porque ayuda en múltiples procesos de la organización.
Planificar significa analizar el contexto, fijar un compromiso y establecer objetivos; hacer supone poner los medios, procesos y acciones para alcanzar los objetivos; verificar significa medir y evaluar si se han alcanzado los objetivos; y actuar significa corregir desviaciones y/o potenciar los buenos resultados. Como se ve, la problemática del impacto no sólo se reduce a cómo medirlo (que tiene su dificultad)
Podemos acudir al modelo SDG Impact Standards (the Standards) desarrollado por SDG Impact – una iniciativa de United Nations Development Programme (UNDP) Unos estándares bien fundamentados que pueden utilizarse también para la gestión de impactos en general, con sólo aplicar la equivalencia entre impacto/contribución.
Integrar en el propósito y la estrategia, la sostenibilidad y la contribución positiva a los ODS, es importante porque dirige la atención, el enfoque y los recursos hacia lo que más importa y hacia donde la organización puede tener el impacto más significativo en los resultados importantes, incluso minimizando los negativos.
Integrar las prácticas empresariales responsables y la gestión del impacto en los sistemas organizativos y en la toma de decisiones maximiza las posibilidades de alcanzar los objetivos organizativos de contribuir positivamente a los ODS y aumentar la probabilidad de éxito a lo largo del tiempo.
La transparencia es un elemento importante de la rendición de cuentas a los grupos de interés, incluidos los afectados o posibles afectados en el futuro por las decisiones y actividades de la organización.
También ayuda a los grupos de interés a tomar decisiones más informadas, por ejemplo, sobre si quieren trabajar con o para la organización, invertir en ella o prestarle dinero, o comprar o utilizar sus productos y servicios. La gobernanza es un elemento esencial para integrar prácticas empresariales responsables y de gestión de impactos en la toma de decisiones de la organización.
Los mecanismos de gobierno formales e informales de la organización definen las expectativas de comportamiento, cómo se toman las decisiones y cómo la organización se responsabiliza a sí misma y a los demás de sus decisiones y acciones de acuerdo con sus valores, principios y políticas.
La receta: combinar ambos modelos. Establecer la estrategia ayuda a comprender las cuestiones materiales más relevantes para los grupos de interés y a definir los resultados de los ODS de forma que se alineen a los objetivos generales de negocio o de inversión. Integrar ayuda a poner en marcha los recursos, herramientas y procesos que permitirán medir la contribución a los ODS. Incluye establecer objetivos de rendimiento, elegir indicadores y decidir cómo realizar el seguimiento de esos indicadores.
Optimizar significa ir más allá de la mera recopilación de datos. Aquí es donde se utilizan los datos para crear más impacto y para comprender dónde se desvió el rendimiento del plan y por qué. Comunicar ayuda a mejorar la gobernanza y la rendición de cuentas sobre el impacto que se está creando.
Esta tribuna forma parte del Dosier Corresponsables: 8º Aniversario de los ODS, en colaboración con Metrovacesa.