El empleo de múltiples materiales, cuya trazabilidad puede llegar a ser compleja por la diversidad de sus características, hace que las compañías del sector deban buscar soluciones eficientes para enfrentarse al reto de alcanzar el objetivo de residuos cero.
A la hora de concebir estos mecanismos ajustados a las necesidades del sector, la circularidad de los productos es crucial.
Metrovacesa, promotora líder con más de 100 años de antigüedad en España, es consciente de esta necesidad y sus esfuerzos se materializan en trabajar de la mano de los mejores profesionales en la materia y con diferentes herramientas de medición, como pueden ser la certificación VERDE con GBCe, el Análisis de Ciclo de Vida (ACV) con Zero Consulting o la herramienta de gestión de residuos de CoCircular, que permiten monitorear el progreso, identificar oportunidades de mejora, optimizar el uso de recursos y garantizar el cumplimiento normativo, contribuyendo así a la sostenibilidad ambiental y económica del sector de la construcción.
Además, estas herramientas nos permiten crear la trazabilidad de ciertos materiales utilizados en cada edificio, pudiendo así certificar el impacto derivado de su uso a lo largo de todo el proceso: desde su concepción, construcción y posterior uso, hasta el momento del desmantelamiento del inmueble en su etapa final de vida. De hecho, y tras análisis exhaustivos, Metrovacesa concluye que las etapas iniciales de construcción de un edificio son en las que mayor impacto pueden tener políticas de este estilo. Por tanto, la correcta elección de los materiales de construcción es altamente relevante.
En este sentido, es fundamental la búsqueda y empleo de materiales que garanticen su transparencia y trazabilidad, fomentando la utilización de materiales que sean reciclados o reciclables. Este esfuerzo mejora la eficiencia del proceso.
Por otra parte, los fabricantes de materiales primarios para construcción están avanzando hacia la sostenibilidad, impulsando grandes cambios en su sector y, consecuentemente, en el de la edificación. Así, destacan los proveedores de carpintería de aluminio Cortizo y Technal, con los que Metrovacesa ha establecido convenios de colaboración, que ofrecen su producto con un alto porcentaje de reciclaje.
En este proceso de construcción, la reciclabilidad en la obra es esencial, particularmente la segmentación de los residuos, que garantiza una trazabilidad de los mismos para evitar contaminaciones que puedan lastrar su reciclaje.
De nuevo, para Metrovacesa las alianzas corporativas son esenciales. Por ello, la asociación con compañías que comparten propósito es clave en la ejecución de proyectos que incorporen la sostenibilidad de forma holística.
No obstante, la obtención de materiales debe ser complementada por un diseño arquitectónico que favorezca un reciclaje a futuro. La concepción se ha de basar en la funcionalidad de los elementos que componen los inmuebles, de forma que al final del ciclo de vida, en el desmantelamiento del edificio, se desechen definitivamente la menor cantidad posible de componentes.
Para garantizar esta etapa final con la mayor sostenibilidad posible, considerando que un edificio tiene una durabilidad estimada cada vez mayor, es necesario un instrumento que registre las características de los materiales y técnicas empleadas.
Por ello, Metrovacesa considera la implantación de un pasaporte de materiales, como una herramienta muy útil para este menester. Este registro, que se pondrá en práctica en nuevos proyectos de la compañía, detalla los materiales, técnicas y elementos empleados en el proceso constructivo. El pasaporte permitirá el acceso a una base de datos para que los nuevos proyectos arquitectónicos dispongan de un listado que permita la reutilización de estos materiales, con un histórico que ayude a revolucionar el futuro del reciclaje en la industria.
La integración de la industrialización en este proyecto se revela crucial. Como actores clave en el sector, defendemos el empleo de herramientas informáticas y de procesos automatizados en la construcción, que garantizan una planificación detallada y eficiente, minimizando el desperdicio de material.
Sin duda, esta metodología no solo optimiza los recursos, sino que también reducirá costes y tiempos de ejecución. En última instancia, esta combinación de tecnología y procesos industriales no solo mejora la calidad del producto final, sino que también impulsa la sostenibilidad y la competitividad en el mercado. Esta es la línea en la que tenemos que seguir trabajando.
Esta tribuna forma parte del Dosier Corresponsables: Día Internacional de Cero Desechos