El compromiso ético de Rafael Mainar sigue plenamente vigente hoy. Como hace un siglo ahora también abundan los medios que confunden lo llamativo con lo relevante, olvidando que lo que define al periodismo es lo segundo, lo relevante. No hay más que ver los contenidos de algunos informativos de televisión para comprobarlo. La fórmula de su “éxito” consiste en 1/3 de política, inevitable para mantener la apariencia de estar haciendo un informativo, 1/3 de sucesos, que el conductor del espacio no tiene empacho en calificar como “espectáculo truculento”, “espeluznante” etc. (todo se ha convertido en un espectáculo), y 1/3 de curiosidades, apartado en el que cabe de todo: desde la persecución policial de un ladrón por una autopista estadounidense a la patata más grande cosechada en la temporada.