El confinamiento derivado de la pandemia ha puesto de manifiesto lo importante que es poder contar con un espacio saludable, cómodo y agradable para trabajar. Habilitar nuestras casas como lugares de trabajo y ambiente de concentración ha sido un reto que algunos hemos conseguido en mayor o menor medida.
Mientras que en el sector de oficinas cada vez son más las empresas que han puesto foco en crear espacios que buscan el bienestar de las personas; en el sector logístico la situación está cambiando a menor ritmo. Sabemos que disponer de un lugar de trabajo positivo y agradable, es una de las formas que ayuda a la atracción y retención del talento. Pero cuando pensamos en un almacén, en una nave, en un centro de distribución logístico, ¿qué imaginamos? Seguramente espacios oscuros, con corrientes de aire, ruido de carretillas, con demasiado frío o demasiado calor…. Lamentablemente hoy en día, ésta es la realidad de muchos centros de distribución.
En GLP llevamos años de constante evolución hacia una nueva era de naves logísticas, donde la sostenibilidad y el bienestar de los empleados son valores fundamentales a la hora de diseñar y construir nuevos proyectos logísticos. Sabemos que es vital fomentar el confort de los futuros usuarios, más allá de una tendencia de mercado. Por eso, lideramos la transición hacia parques logísticos modernos, integrados en sus entornos, caracterizados por la eficiencia en el uso y gestión de recursos y la alta tecnología en construcción. Potenciamos el uso de materiales respetuosos con el medio ambiente, mejoramos la luz, controlamos la ventilación y climatización entre muchos otros parámetros que afectan y mejoran directamente el estado de ánimo de las personas. En este sentido tenemos como ejemplos significativos los proyectos españoles G-Park Guadalajara y G-Park Valls.
En GLP Europa contamos con centros logísticos certificados WELL Building Standard y otros muchos centros con medidas equivalentes de bienestar para los empleados. El sistema de certificación WELL analiza el impacto de los edificios en el bienestar de los usuarios. Para que un edificio alcance esta certificación se necesitan factores como: la monitorización del aire a fin de asegurar su buena calidad y así minimizar efectos perjudiciales para la salud; la iluminación, que es elemental y favorece una jornada laboral agradable, además de promover el descanso de la gente; los espacios cómodos y bien preparados para evitar distracciones y mejorar la productividad; o el diseño y la tecnología, como medidas para potenciar la salud cognitiva y emocional, por ejemplo, incorporando la naturaleza en edificios con paredes vegetales y elementos acuáticos. Todas estas medidas y recursos buscan mejorar la salud de los ocupantes, suponiendo además un retorno a largo plazo de la inversión tanto para la propiedad como para los ocupantes.
La evolución del sector logístico en materia de sostenibilidad y bienestar se está acelerando debido a que incrementa la productividad en almacenes y parques logísticos. De hecho, según recientes estudios, el 92% de las personas que utilizan edificios con certificación WELL perciben beneficios en la salud y el bienestar. A su vez las nuevas tecnologías incorporadas en el sector logístico están mejorando la eficiencia de los edificios. Así, la luz natural de un diseño ecológicamente responsable, con aperturas de lucernarios, fomenta el bienestar además de suponer hasta un 13% de ahorro anual en las facturas de energía con respecto a naves tradicionales.
GLP hace más de 10 años que pone a su alcance construcciones sostenibles, integradas con el entorno y agradables para que los equipos operen con mayor eficacia. Iniciativas como instalar azoteas para descansos durante la jornada laboral, plantar árboles rodeando los almacenes, fomentar la biodiversidad y la actividad física, son realidades en nuestras naves, más aun sabiendo que es algo tan necesario en un sector como el nuestro para tener personas más felices en el trabajo.