El deporte está directamente relacionado con la salud, tanto en la prevención de enfermedades como a la hora de tener buena calidad de vida. Además, refleja una serie de valores con los que en Quirónsalud, grupo hospitalario líder en España, nos identificamos plenamente y plasmamos en nuestro día a día: la disciplina, el espíritu de superación, el esfuerzo por la mejora continua y el trabajo en equipo, claves para lograr la excelencia tanto en el ámbito clínico como en el deportivo.
Todo ello nos ha llevado desde hace años a poner el foco en el deporte dentro de nuestra política de patrocinios, porque es una forma más de apostar por el cuidado de la salud y las personas, nuestra razón de ser. Y este año nos ha servido además para poner en valor la necesidad de una sociedad inclusiva, diversa y, por tanto, mejor. El pasado mes de octubre organizamos con éxito nuestro primer Desafío Quirónsalud, bajo el lema ‘Pedaleando por la inclusión’, en el que 4 trabajadores de nuestro grupo y 4 jóvenes con discapacidad intelectual de la Fundación A la Par recorrimos durante una semana más de 600 kilómetros en bicicleta con el objetivo de trasladar a la sociedad la importancia de la inclusión de este colectivo a todos los niveles.
La empresa no era menor, sobre todo teniendo en cuenta que la última Vuelta a España recorrió más de 3.000 kilómetros en 21 etapas. Y aunque en nuestro caso la distancia ha sido menos, también es cierto que los integrantes del pelotón no eran profesionales. Pero la ocasión lo merecía porque no solo ha sido un reto deportivo sino una lección para todos, porque la discapacidad intelectual nos enseña una nueva forma de ver el mundo, sin miedos ni complejos.
El Desafío, que ha contado con el sello Deporte e Inclusión del Consejo Superior de Deportes (CSD), arrancó el pasado 14 de octubre de Madrid y se dividió en 7 etapas en las que hemos pedaleado por hasta 9 provincias en las que Quirónsalud tiene presencia. Un recorrido con un desnivel positivo de más de 10.000 metros de altitud y una altitud máxima de 1.137 metros, un auténtico reto para ciclistas inexpertos. Eso sí, gracias al entrenamiento previo, a las altas dosis de motivación personal y al buen trabajo en equipo, no sólo logramos llegar a Toledo, Alicante, Murcia, Córdoba, Sevilla, Cádiz y Málaga, provincias fijadas como destino, sino que nos ha servido para superarnos a nosotros mismos. Además, los centros que acogían el final de cada etapa organizaron diferentes actividades para empleados con el objetivo de difundir la importancia de la inclusión y poner en valor que en la vida, como en el deporte, un equipo diverso siempre es un equipo mejor.