Sí, el día 20 de junio de cada año celebramos el Día Mundial del Refugiado.
Una fecha en la que intentamos hacer visibles a, casi ya, 80 millones de personas refugiadas, desplazadas internas y solicitantes de asilo.
Hacer frente a los problemas que afectan a buena parte de la ciudadanía del mundo, solo es posible si se cuenta con el compromiso también de la mayoría de los actores sociales, económicos e institucionales.
Cuando Naciones Unidas planteó la Agenda 2030 para que los países que forman parte de la ONU lo asumieran como programa de gobierno y, cómo no, lo interiorizaran sus ciudadanías, se perseguían y persiguen, tres grandes objetivos:
1º. Proteger a las personas con igualdad y justicia,
2º. Proteger al Planeta con sostenibilidad y consumo responsable, y
3º. Crear redes y alianzas para mejorar las democracias dando protagonismo al mayor número posible de “actores”.
¡Qué oportunidad para la cohesión, lealtad, protagonismo, valores éticos, más y mejor democracia y más y mejor gobernanza!
Estos objetivos, de nuevo bajo el liderazgo de Naciones Unidas, los persigue ACNUR y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en los Pactos Globales para los Refugiados y para los Migrantes. Y vuelve a verse la necesidad de contar con todos los actores posibles, para:
1º. Impulsar programas de sensibilización, educación y formación profesional buscando conseguir la integración completa de estas personas, e investigaciones y estudios que midan sus efectos en la vida de los países,
2º. Hacerlo con la mayor transversalidad posible de áreas y actores, porque para integrar e insertar laboral y socialmente a las personas, para alcanzar soluciones duraderas, se necesita el compromiso de muchas políticas,
3º. Sosteniendo estas acciones positivas en el tiempo, para que puedan llegar a ser eficaces,
4º. Contribuir al desarrollo también de los países de acogida, que muchas veces ejercen la solidaridad desde un esfuerzo humano y unos recursos económicos de los que casi no disponen. Desde ACNUR y desde el Comité español de ACNUR queremos aliviar a los países de acogida, incluso de acogida temporal o in itinere, y por supuesto a los países de acogida definitivos o por largo tiempo, dando respuestas integrales y para toda la ciudadanía, los nativos y los nuevos habitantes,
5º. Mejorar la autosuficiencia de las personas refugiadas en cualquier país o en cualquier campo de refugiados, contribuyendo así, también ellos, al desarrollo de los países que les acogen,
6º. Fortalecer, para su futuro retorno, las condiciones en los países de origen. Que ha de hacerse con seguridad, dignidad y reconstruyendo lo perdido.
¿Alguien cree que todo esto se puede hacer sólo desde Naciones Unidas y sus Agencias?
No, imposible. Se necesita del compromiso de todos: universidades, centros de estudio o investigación, sindicatos, empresas, instituciones privadas e instituciones públicas, locales, regionales y nacionales.
ACNUR y el Comité español de ACNUR buscamos apoyos en el sector empresarial implicando a empleados en actividades de sensibilización, a clientes y proveedores a través de campañas de marketing con causa en las que pueden demostrar también su solidaridad y trabajando en proyectos de empleabilidad con empresas que desean brindar igualdad de oportunidades a las personas refugiadas aquí en España. En el Comité español de ACNUR trabajamos ya con 25 grandes empresas, con 2.600 PYMES y con 48 fundaciones sociales y vemos, con esperanza, cómo crece en nuestro país la Responsabilidad Social Corporativa de las empresas.
No les hablaré de alguna de ellas, por respeto a todas las demás, pero estamos rodeados de muy buenas prácticas. Y de potentes compromisos.
El mundo se cambia o mejora con solidaridad, con el esfuerzo de toda la ciudadanía y desde el liderazgo de cada organización. Noble tarea por la que doy, damos, las gracias a todos los que nos acompañan o, mejor, nosotros les acompañamos a ellos.
Dosier Día Mundial del Refugiado.