Superado el año 2020, cabe reflexionar sobre las lecciones aprendidas en esos durísimos meses. La pandemia ha supuesto un golpe brutal. A su evidente y profundo impacto en lo sanitario y lo económico, se suman, más a largo plazo, otros efectos en ámbitos más amplios de la vida social y empresarial. Han cambiado las formas de relacionarnos, de organizarnos, de trabajar. Y han cambiado algunas de las prioridades, tanto de las organizaciones como de las personas.
Desde el Club de Calidad creemos que 2021 debe ser un año de esperanza. Sin ignorar las enormes dificultades a las que nos enfrentamos, este debe ser un año de transformación sostenible.
Nuestro entorno inmediato es proclive a este cambio: las políticas, presupuestos e instrumentos económicos europeos y su traslación a lo nacional, regional y local; los cambios en la percepción social y, muy especialmente, de los clientes y consumidores, respecto al valor de la sostenibilidad; las nuevas oportunidades de la digitalización y la economía verde… Grandes tendencias refuerzan la idea de que el futuro inmediato pasa por la sostenibilidad.
El Club de Calidad trabaja en Asturias en el desarrollo y sensibilización respecto a la Agenda 2030, pone los Objetivos de Desarrollo Sostenible en el centro de su estrategia, promueve el debate sobre distintos aspectos de la Economía Circular entre los responsables de medio ambiente de las organizaciones del territorio y, en definitiva, a través de su Instituto de Responsabilidad Social, impulsa la conexión, el intercambio de experiencias y la difusión del valor de la sostenibilidad en nuestro territorio.
Muchos retos seguirán vigentes. El primero, la propia recuperación de una pandemia y una crisis que han traído incertidumbre, inseguridad y cambio acelerado. Más allá de esta lucha global, mantendremos los retos que teníamos antes. Y no podemos olvidar que, incluso vencida la Covid y superada la crisis –cuando esto ocurra- la sostenibilidad y la responsabilidad social siguen enfrentándose a retos intrínsecos, como los siguientes:
- La sensibilización y comprensión por parte de las organizaciones, especialmente las empresas, y sobre todo las pymes, de lo que son y lo que significan la responsabilidad social y la sostenibilidad.
- Seguirá resultando clave vincular sostenibilidad y resultados. Y seguirá siendo necesario recordar que la responsabilidad social solo lo es si está incorporada en la estrategia, si impacta positivamente en los resultados y si se relaciona más con cómo se produce, vende e ingresa que con cómo o en qué se gasta el excedente.
- Todo el trabajo que se avance en medir el retorno de la apuesta por la sostenibilidad tendrá una importancia crucial. Objetivos, indicadores, resultados, etc deben estar claros, a nivel macro, por parte de administraciones públicas, y micro, por parte de empresas. Y es necesario hacer tangible la mejora que supone, para todos, esta apuesta.
- Y será fundamental el impulso que administraciones públicas, grandes empresas y consumidores ejerzan por su capacidad de influencia y su potencial tractor. El trabajo de las grandes empresas con la cadena de proveedores y el entorno inmediato puede marcar la diferencia. La labor reguladora, promotora y, por supuesto, el papel como contratador del sector público tienen que ejercer un liderazgo claro. Como consumidores –cada uno de nosotros- no podemos ignorar nuestra responsabilidad en la toma de decisiones diarias.
Comenzábamos 2020 con la ilusión de afrontar lo que denominábamos “la década de la acción”, con los ODS como meta. Muy pronto comprendimos las enormes dificultades a las que nos enfrentábamos. Si, como decíamos al inicio, cabe reflexionar sobre lo vivido desde entonces, podemos llegar a algunas conclusiones:
- Aunque estemos lejos de una solución a la crisis, sin duda esta solución pasa por una apuesta decidida por valores compartidos por toda Europa, como son la sostenibilidad y la digitalización.
- A pesar de todos los cambios, profundos y brutales, algunos aún difíciles de vislumbrar, en lo sanitario, lo económico o lo social, muchos retos previos permanecen inalterados. Y si tuviésemos que destacar uno, sería que aún es necesario contar qué es la sostenibilidad. En definitiva, aun es necesaria mucha comunicación.
Corresponsables presta un servicio clave en esta labor. También el Club de Calidad y nuestro Instituto de Responsabilidad Social. Sigamos adelante.