Desde la Organización Farmacéutica Colegial, seguimos avanzando en la lucha contra la violencia de género. Un camino irreversible que emprendimos hace más de una década, y en el que hemos dado otro paso al frente. Hemos reforzado nuestra alianza con el Ministerio de Igualdad.
Lo hacemos por compromiso y por convicción, movidos por nuestra vocación de servicio público. Sabemos que la red de red de 22.137 farmacias y los 54.555 farmacéuticos, que desarrollan su trabajo en ellas, forman parte del tejido social de nuestro país. La farmacia es un agente social de primer orden, que llega a donde no llega nadie. Integrar a la red de farmacias en los protocolos de servicios sociales, multiplica su capacidad de llegar a colectivos vulnerables o de detectar riesgos sociales a los que se debe dar respuesta desde las administraciones.
Durante la emergencia sanitaria provocada por la pandemia hemos tenido oportunidad de comprobar esa realidad. Más de 30 millones de personas pasaron por la red de farmacias solo durante el primer mes de confinamiento. Consciente de ello, queríamos y podíamos hacer más. Por eso, la iniciativa surgida en Canarias, Mascarilla-19, fruto de la colaboración entre el Instituto Canario de Igualdad y los Colegios Oficiales de Farmacéuticos de Las Palmas y Tenerife, pronto se extendió por 12 Comunidades Autónomas e, incluso, por 20 países de cuatro continentes.
Y es que, si hablamos de violencia de género, la farmacia comunitaria puede contribuir enormemente a que las víctimas rompan su silencio mediante un clima de confianza; especialmente en el ámbito rural, donde las mujeres encuentran mayores dificultades para denunciar.
Ese compromiso, posicionamiento y experiencia es el que hemos puesto a disposición del Ministerio de Igualdad, a través de un convenio de colaboración con la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género. Una buena noticia para el conjunto de la sociedad. Porque reconocer a la farmacia comunitaria, gracias a su fuerte arraigo social y territorial, como un extraordinario sensor y recurso desde el que impulsar acciones que faciliten a las mujeres víctimas de violencia machista a dar el paso de denunciar es una decisión con la que ganamos todos.