La conciliación está más presente cada día en las empresas. El horario laboral flexible y el trabajo a tiempo parcial son las medidas más comunes, mientras que la semana comprimida o el trabajo compartido todavía no están al alcance de la mayoría de personas.
Sin embargo, a pesar de que las organizaciones ofrezcan cada vez más planes de conciliación a los empleados, todavía 4 de cada 10 hombres y 6 de cada 10 mujeres perciben que utilizarlos puede penalizar su desarrollo. *
Entonces, ¿cuál es el gran reto?
Desde la empresa española debemos creer en ello. Es necesario ofrecer servicios de conciliación a toda la plantilla más allá de lo legalmente establecido, pero también es importante trabajar en ese cambio mental para que todos los trabajadores sientan que hacer uso de ellos es algo positivo. Por otro lado, para llegar a una conciliación real y efectiva, es imprescindible que se introduzcan incentivos concretos y tangibles a través de deducciones fiscales. Y es esencial que nuestros partidos tomen conciencia de que la conciliación y la disponibilidad de servicios que la permitan no es una obligación para la empresa, sino que es una problemática social y que es el propio Gobierno quien debe intervenir.
Los empleados necesitan planes que faciliten la conciliación entre trabajo y vida personal y familiar. Las empresas precisan ayuda de la Administración Pública. Y todos juntos debemos luchar por una sociedad más justa y comprometida con la igualdad de oportunidades.
¿Cuándo lograremos que la conciliación sea un derecho para todos?