La crisis sanitaria derivada del Covid-19 ha vuelto a poner de manifiesto la responsabilidad y el compromiso de la sociedad española. Los ciudadanos atendiendo las recomendaciones de las autoridades de permanecer en casa, los trabajadores de las actividades esenciales redoblando su esfuerzo, especialmente los sanitarios, y las empresas mostrando su compromiso con las personas.
Si lo primero son las personas, las empresas enfrentaron el inicio de la crisis resistiendo, priorizando el mantenimiento de los puestos de trabajo a través de ERTEs para evitar despidos. Y ahora, cuando reiniciamos la actividad, favoreciendo la creación de valor y apostando por el empleo. Y en todo momento, ayudando con solidaridad a las personas más vulnerables.
Más que nunca, las empresas son imprescindibles para construir el futuro, porque son las que crean empleo y cuidan el talento. Más aún, sin ellas, sin contar con ellas, no habrá una recuperación inclusiva porque el empleo es la mejor política social, es el que le da independencia a la persona para hacer su proyecto de vida.
Por eso, no es casual que las economías más avanzadas y que ofrecen mayores niveles de bienestar a sus ciudadanos sean aquellas que cuentan con un sector empresarial más dinámico, más moderno y con modelos de gestión más sostenibles.
Esta crisis cambiará muchas cosas en todos los aspectos de nuestras vidas, desde el impulso a la digitalización o el teletrabajo, la prevención de riesgos laborales o el cuidado de la salud. Pero el compromiso reputacional no tiene vuelta atrás. Cada vez exigimos más transparencia y responsabilidad a las organizaciones, y las empresas hace tiempo que están liderando esa transformación a través de la Responsabilidad Social Empresarial. La RSC forma parte del alma de las empresas con naturalidad, porque las empresas tienen un propósito más allá de su actuación corporativa o negocio.
Y este compromiso se ha puesto de manifiesto con mayor visibilidad en esta crisis sanitaria, con historias de compromiso reales en favor de la sociedad española. Algunas empresas utilizaron su experiencia internacional para traer urgentemente equipos de protección para los sanitarios. Otras reorientaron sus líneas de producción para fabricar respiradores, pantallas o mascarillas. Las compañías y las cooperativas de alimentación garantizando que los alimentos llegaran a las familias que más lo necesitaban… Se han puesto así de manifiesto los valores que definen al mundo empresarial: su agilidad, su versatilidad, la capacidad de adaptarse en tiempo récord a situaciones nuevas e inesperadas. Y su compromiso con la sociedad. Lo hicieron las grandes empresas, las pymes y los autónomos de todos los sectores y en todo el territorio nacional, mostrando su cara más social.
Desde la Fundación CEOE quisimos poner en valor todo ese esfuerzo colectivo de las empresas españolas y ayudar a seguir conectando necesidades de las personas más desprotegidas con las generosas aportaciones de miles de empresas que siguen sumando. Así nació el proyecto /empresasqueayudan.es porque las empresas son sociedad. Esta iniciativa nace con vocación de permanencia porque muestra lo que es la empresa en España, una institución fundamental de la sociedad civil cuyo objetivo primordial es crear riqueza y empleo, pero también tiene un permanente compromiso social a través de la responsabilidad social empresarial. Y en los momentos más complicados siempre está para sumar con ilusión para no dejar a nadie atrás.
En definitiva, la respuesta del tejido empresarial para buscar soluciones solidarias en la lucha contra la pandemia ha sido muy positiva, pero lo más importante será que estos comportamientos éticos se integren en la realidad de las organizaciones, con empresas más comprometidas y más humanas.