Días antes de que se aprobase el estado de alarma, los Gestores Administrativos empezamos a preocuparnos de salvaguardar la salud económica y financiera de pymes y autónomos. Por las noticias que venían de China o de Italia, vislumbrábamos que la repercusión del virus iba a afectar muy negativamente a la economía y, como bien sabemos, los más débiles son los autónomos y las pymes. Había que ponerse rápidamente a trabajar para procurar mitigar los efectos negativos.
A 31 de diciembre de 2019, en España se empleaba entre empresas sin asalariados, microempresas y pymes a 10 millones de trabajadores. Es evidente, por tanto, la importancia de proteger a autónomos y pymes; colectivos que ya sufrieron duramente la crisis que comenzó en 2007/2008.
El día 13 de marzo, nos pusimos en contacto con fuentes del Gobierno y lanzamos una nota de prensa sobre la necesidad de suspender los calendarios laboral y fiscal, pues ante una clara previsión de una drástica reducción de ingresos iba a resultar muy complicado poder pagar impuestos y cuotas de la seguridad social. Preveíamos ya entonces que la movilidad se vería también muy reducida y los problemas de salud pública podrían complicar contar con los gestores administrativos para elaborar las respectivas declaraciones tributarias y laborales.
Este día empezó la cruzada de los Gestores Administrativos para procurar proteger a autónomos y pymes. A la vez, nos pusimos a disposición de la Administración para facilitar y agilizar aquellos trámites esenciales que se veían afectados por el cierre físico de las oficinas públicas. A medida que se fueron aprobando medidas mitigadoras de los efectos negativos de la pandemia, fuimos trasladando nuestras consideraciones con el único objetivo de conseguir que la información fluyera adecuadamente a los potenciales beneficiarios y tratar de reducir el ruido que producía la incertidumbre y las inconsistencias generadas por la velocidad a la que se estaban tomando las decisiones.
Entre tanto, continuaba nuestra conversación con el Gobierno, con el Defensor del Pueblo y con la Oficina económica del presidente tratando de obtener una moratoria en el calendario fiscal y laboral.
Como privilegiados observadores de lo que está ocurriendo en nuestra sociedad y en nuestra economía durante estos días, podemos afirmar que no está siendo fácil el tránsito para que autónomos y pymes se procuren un escudo de protección adecuado. Así, las dudas para tramitar un ERTE por causa de fuerza mayor, los requisitos para que los autónomos puedan cesar en su actividad y cobrar la prestación social, acceder a un préstamos ICO, tramitar las prestaciones para los empleados afectados por un ERTE, los despidos directos por parte de algunas empresas, la ya famosa hibernación y las dudas sobre la vuelta a la normalidad de las actividades afectadas, son un claro ejemplo de los cientos de dudas que se han generado y que nos han ido transmitiendo nuestros clientes y amigos.
Los gestores administrativos nos hemos convertido en confesores, psicólogos, y financiadores de nuestros clientes, llegando incluso a poner en riesgo nuestra salud y, en ocasiones, también nuestra supervivencia como negocios. Pero lo hemos hecho y lo estamos haciendo con agrado y con orgullo. Somos los herederos de un cuerpo que empezó llamándose solicitadores en el siglo XV, que siempre ha sido facilitador del diálogo entre las administraciones y los ciudadanos, una función que queremos seguir cumpliendo en el futuro. Como asesores comprometidos con pymes y autónomos, queremos ser la voz de sus necesidades, ofrecer las mejores soluciones para su desarrollo y convertirnos en una parte fundamental de su vida económica.
Como presidente de los Gestores Administrativos vuelvo desde esta tribuna a lanzar un mensaje a la Administración: tenemos conocimiento, tenemos experiencia, tenemos plataformas tecnológicas, hablamos su idioma y el de los autónomos y pymes. Desde antes de decretar el estado de alarma anunciamos lo que iba a pasar y, desgraciadamente, ha pasado. Por favor, utilicen todo este bagaje para mejorar la situación, para adelantarnos y mitigar los efectos negativos de la pandemia. Queremos colaborar en la reconstrucción del país, siendo consciente del espacio que podemos ocupar. No nos gustaría volver a decir: ¡Se lo dijimos!