Durante las últimas décadas ha existido una revolución en cuanto al rol de las mujeres en la sociedad, misma que ha logrado abrir una brecha importantísima para mi generación y las que están por venir. Sin embargo, la lucha va más allá de ostentar un puesto o ser reconocidas como líderes, se necesita de una deconstrucción desde las entrañas de la sociedad, misma que comienza en casa y con los ejemplos con los que las personas son educadas, sin esto será realmente difícil lograr una equidad.
Si bien es un fenómeno global, las pocas mujeres en las áreas STEM en Latinoamérica es más preocupante: De acuerdo con el informe “Descifrar las claves: la educación de las mujeres y las niñas en materia de STEM” de la UNESCO, sólo el 35% de los estudiantes matriculados en las carreras vinculadas a las STEM en la educación superior son mujeres. Dando a entender que se sigue sufriendo un mayor rezago en muchos temas incluyendo los de equidad y oportunidades para la mujer. En un gran entendido de la población, las mujeres están en su mayoría destinadas a estudiar alguna licenciatura “para trabajo de oficina” aunque muchas veces los intereses sean otros.
Aún así, debido a los programas que se han llevado a lo largo de los años para incentivar la participación de las mujeres en las carreras STEM, en México las cosas van mejorando, pero se encuentran lejos de ser las ideales. Otro estudio titulado “Mujeres estudiando carreras STEM” llevado a cabo por el CIMAD, en el país el 38% de las mujeres estudian carreras STEM, pero en edades tempranas apenas alcanza el 9% contra el 28% de jóvenes varones lo que los coloca en una desigualdad prácticamente de 3 a 1.
Otro dato interesante y que hace abrir los ojos a la realidad es el dado a conocer por la máxima casa de estudios en México, la UNAM, quien en 2019 dio a conocer datos sobre la plantilla de alumnos; si bien la matricula total permitía que la balanza estuviera nivelada esto caía drásticamente en carreras como Matemáticas e Ingenierías donde solo el 19% eran alumnas, cosa que no sucedía en otras ramas.
Es de vital importancia cambiar el discurso y eso incluye a personas, gobierno y empresas. Cada día deberían de existir más programas, cursos, campañas masivas públicas y privadas que incentiven la participación de las mujeres en las carreras STEM tal como el 11 de febrero, en donde se conmemora el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Queremos como sociedad que el día de mañana todo profesional sea reconocido por los grandes logros y objetivos que pueden alcanzar, y que no sea motivo de noticia o asombro que una profesionista sea líder de una compañía de tecnología, que una mujer gane un premio nobel o que una niña sea la ganadora en un concurso de matemáticas que se realice.