En los últimos tiempos hemos visto proliferar en discursos y campañas de empresas, gobiernos y organizaciones el compromiso de alcanzar cero emisiones netas de carbono en el día a día de la actividad de ciudadanos y empresas. ¿Pero este compromiso es real o solo una moda, lo que se ha dado en llamar como greenwashing o “lavado de imagen verde”? Más aún, ¿cómo podemos comprobarlo?
Una forma de evidenciar qué organizaciones están realmente implicadas en ese reto es fijarse en listas como la de CDP (Carbon Disclosure Project), un informe anual que distingue a empresas internacionales que destacan por su compromiso medioambiental. Y lo hacen poniendo negro sobre blanco y con total transparencia empresarial sus planes de acción en relación con el cambio climático.
En el Grupo Orange nos congratulamos de formar parte desde 2020 de la “Lista A”, máxima distinción en ese listado, gracias a nuestras iniciativas, no solo de medición y reducción de huella, sino también de compensación ambiental, entendiendo como tal toda aquella iniciativa encaminada a paliar nuestras emisiones de CO2, la deforestación por el desarrollo de infraestructuras, etc.
Y España ha tenido mucho que ver en ese logro, algo que quedó de manifiesto a finales del pasado año cuando Orange completó, precisamente con la parte de “compensación”, la certificación ¨Calculo, reduzco y compenso¨ del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico mediante la OECC, con la que se reconoce el esfuerzo que está realizando nuestra compañía en el ejercicio de reducción de emisiones.
Para recibir dicha certificación, Orange acreditó una compensación de en torno al 5% de la huella de carbono generada reforestando 13,69 hectáreas durante 2020 en el Monte La Umbría en Teruel, una zona denominada por la UE como zona escasamente poblada en la que se plantaron especies autóctonas frugales y resilientes al cambio climático favoreciendo la conservación de la biodiversidad. Y durante 2021, se mantuvo también dicho compromiso repoblando una superficie similar.
Para llegar ahí, no solo España sino todo el Grupo Orange y desde hace años, desarrollamos de forma transversal en todos los países una política proactiva para el cuidado del planeta, en la que la protección del medioambiente se aborda desde una perspectiva integral, que alcanza a todas las áreas de negocio a través del programa #OrangeGoesGreen.
Cuatro son los pilares de este plan, en el que España tiene un papel protagonista como segundo país de nuestro Grupo. El primero es fomentar la transición energética hacia fuentes de energía verde. En este sentido, fuimos el primer operador en España en garantizar y acreditar, ya desde 2014, que toda la energía eléctrica que consumimos es 100% renovable.
La segunda de las claves de nuestra política ambiental es la reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), con la aplicación de distintas medidas directas para hacer más eficientes nuestra red, nuestras sedes y también nuestras tiendas. En España, por ejemplo, compartimos redes con otros operadores, para evitar duplicar infraestructuras, al tiempo que reducimos significativamente el consumo energético. También llevamos a cabo de forma habitual la sustitución de antiguos equipos en la red por otros más eficientes energéticamente, con un 40% de impacto menor al medioambiente, y la renovación de los equipos de climatización de nuestras sedes, para reducir hasta un 20% de energía.
Asimismo, nos aplicamos en el consumo de ahorro energético en nuestras instalaciones, con soluciones de apagado inteligente o híbridas de grupos electrógenos y placas fotovoltaicas, para disminuir el consumo de diésel. En la misma línea, trabajamos para hacer más sostenibles nuestros edificios técnicos, con modelos de construcción eficientes, con control de temperatura y humedad, o aplicando soluciones free-cooling, que aprovechan el aire frío del exterior y minimizan el uso del aire acondicionado. Finalmente, destacaría también los proyectos de autoconsumo de energía que estamos desarrollando, instalando paneles solares en nuestros emplazamientos de red, con un claro impacto en el consumo eléctrico demandado.
Gracias a todo ello, logramos reducir nuestra huella de carbono en un 21% en 2021 respecto al anterior año, logro que, como cada año, hemos verificado a través de AENOR conforme a la norma ISO 14064:2019. Esta disminución supera el 90%, incluso, si comparamos con las cifras que registrábamos casi una década atrás, en 2023.
El tercer pilar de nuestra política ambiental es nuestro fuerte compromiso con la economía circular, habiendo iniciado ya un programa de transformación hacia un sistema económico que permita cambiar la forma en la que se produce y se consumen los recursos, tanto para la mejora de los procesos internos como para la sensibilización general de la sociedad sobre sus ventajas.
En este sentido, adquiere un interés fundamental el impulso que realizamos en la recuperación y reutilización de dispositivos, sensibilizando a los consumidores sobre la importancia de dar una segunda vida a los equipos.
Gracias a todas las acciones que Orange tiene implantadas en nuestro país en este ámbito, en 2021 recogimos más de 152.000 móviles (lo que implica una tasa de recuperación, con respecto a los móviles que ponemos en el mercado, de casi el 10%) y 1,1 millones de dispositivos fijos (de los que más de 900.000 se han puesto a nuevo y entregado a nuevos clientes, alcanzando una tasa de reutilización de casi el 79%).
Finalmente, el cuarto pilar de nuestra estrategia ambiental es proteger la biodiversidad y los recursos naturales, algo a lo que contribuimos, no solo con todas las medidas anteriores, sino también con nuestras labores de reforestación, como la comentada en Ejulve.
En todo caso, no nos quedamos ahí. Y no lo hacemos, porque tenemos, además, el convencimiento de que, más allá de lo que podamos hacer como empresa -reduciendo nuestro impacto y ayudando a nuestros clientes en esta labor-, las telecomunicaciones son esenciales para afrontar el desafío climático ante el que nos enfrentamos, a través de servicios innovadores que ayuden a minimizar los impactos ambientales, acompañados de una reducción en la huella de carbono.
Por ello, no solo apostamos por desplegar redes de última generación cada vez más eficiente energéticamente, sino también por desarrollar soluciones que ayuden a otras industrias a luchar contra el cambio climático y cuidar el entorno. En este sentido, cobran especial importancia todas las experiencias que estamos desarrollando en torno al 5G, y que ya se están empezando a aplicar en distintos sectores productivos para que nuestros clientes conozcan en tiempo real la huella de carbono que emiten por el uso de nuestras tecnologías, aplicaciones para medir la polución, regular el tráfico o controlar incendios mediante drones.
En definitiva, no, la sostenibilidad no es una moda. Es una obligación común promover un mundo más sostenible y respetuoso con nuestro entorno. Aún estamos a tiempo.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Día del Medio Ambiente