Los días 7, 8 y 9 de noviembre se realizó en las dependencias de la Universidad Tecnológica Metropolitana del Estado de Chile el Congreso Iberoamericano de Educación para la Sustentabilidad Universitaria, organizado por la universidad anfitriona y la Red Campus Sustentable, agrupación de universidades chilenas que trabajan por la sustentabilidad.
El Congreso tenía como objetivo presentar las mejores y más innovadoras prácticas existentes en Iberoamérica en los tres grandes ámbitos de la sustentabilidad universitaria: Formación en sustentabilidad, Compromiso institucional y Gestión sustentable de campus. Al llamado realizado llegaron más de 110 ponencias, lo que denota el interés de la comunidad universitaria iberoamericana en el tema. Dado la restricción de tiempos disponibles, se seleccionó a la mitad de ellas, lo que decantó en una serie de experiencias innovadoras y contribuyentes al objetivo.
Con cerca de 150 asistentes de 11 países iberoamericanos, el Congreso mostró diversas experiencias en cada uno de los ámbitos. En formación destacaron experiencias de diseño de asignaturas para la sustentabilidad, diseño de formación institucional en sustentabilidad y experiencias pioneras que buscan dar fuerza a la necesidad de formar profesionales distintos, cuyo compromiso principal sea el bien común en su desempeño profesional. En compromiso institucional se presentaron muy buenos ejemplos de cómo se compromete una universidad con la sustentabilidad, tanto desde el nivel directivo como en acciones concretas que involucran a todo la comunidad. En Gestión sustentable de campus se mostraron también algunas experiencias muy interesantes. El sentimiento común a todos los participantes era de haber asistido a un muy buen congreso, en el que se lograron muy valiosos aprendizajes para aplicar en sus universidades. La evaluación formal del Congreso por los asistentes fue muy positiva.
Como reflexiones importantes del Congreso surgen algunos temas importantes. El primero es la necesidad de institucionalizar los esfuerzos de sustentabilidad que hacen las universidades; en general sigue siendo el esfuerzo de personas individuales con poco respaldo institucional; hay excepciones, pero son los menos. Otra conclusión es que se requiere formar una masa crítica de profesores preparados para formar en sustentabilidad en las diversas disciplinas académicas, gran parte de los profesores universitarios no son pedagogos y requieren ser capacitados en formar para la sustentabilidad. Interesante también fue la idea de que la educación ambiental ha fracasado; después de 40 años hablando de ella, los modos insostenibles de producción y consumo siguen siendo los mismos. Queda abierta la discusión respecto a que educación necesitamos para formar la generación de profesionales para cambiar el planeta.