Esta mirada está siendo cada vez más prevalente en las prácticas globales y organizacionales. De hecho, la UNESCO reconoce como misión, la formación de profesionales socialmente responsables. Por ello, las organizaciones que deseen asegurar la Sostenibilidad de la RSE, también deben promover que sus colaboradores desarrollen estas competencias para apoyar desde su formación, su persona y su ser.
De acuerdo con la propuesta de Educación para el Desarrollo Sostenible (EDS) de la UNESCO, cada ser humano precisa adquirir los siguientes conocimientos, competencias, actitudes y valores para forjar un futuro sostenible:
Pensamiento crítico, elaboración de hipótesis de cara al futuro, adopción colectiva de decisiones: colaboración y corresponsabilidad, comunicación e interacción en grupos heterogéneos, compromiso , responsabilidad e integridad, motivación y motivación de otro: auto-liderazgo y liderazgo, empatía, compasión y solidaridad, tolerancia, respeto e inclusión: gestión de la diversidad.
¿Cómo pueden las organizaciones desarrollar las competencias de responsabilidad personal en apoyo a su estrategia de RSE?
En dos niveles: organizacional y de personas. Algunas posibles acciones a considerar:
- Desarrollar una estrategia de RSE+P
- Ampliar el conocimiento de las personas sobre el valor de la RSE y de sostenibilidad
- Formular indicadores de buenas prácticas sociales y personales
- Identifi car problemas e impactos personales de carácter social y ambiental
- Formar un comité de RSE+P para potenciar la colaboración con otros, en redes de corresponsabilidad
- Potenciar el valor de las personas a través de acciones colaborativas y creativas
Las organizaciones podrían también implementar acciones para desarrollar las competencias de la RSE+P:
- Introducir acciones que impacten al individuo ante: sí mismo, los grupos, la organización, la sociedad y el planeta.
- Incluir un objetivo de RSE+P en de las evaluaciones de desempeño.
- Proveer oportunidades de crecimiento personal, tales como talleres experienciales y coaching
Habiendo fomentado estas competencias en sus colaboradores, las organizaciones estarían en mejor posición para instalar una cultura que ‘inspire’ y contribuya a que sus estrategias de RSE logren: sostener en el tiempo su compromiso con los derechos universales, participar del desarrollo sustentable y contribuir con acciones positivas, tanto para las generaciones presentes, como futuras y en benefi cio del bien común.