El escenario en el qué comenzó todo es Perú, un país que a una de nosotras cautivó hace ya años y a la otra, años después. Mª Ángeles estuvo realizando un voluntariado en Lima, participando en diversos proyectos educativos (alfabetización de adultos, programa de mujeres líderes y formación de docentes). Además, junto a otros compañeros optometristas, realizó varias campañas de salud visual. Ahí forjó el lazo de unión con este país que años después compartió con María Jesús.
Organizamos una campaña de graduación en 2013 con la colaboración de la ONG local “Educa”. Nos desplazamos a Jicamarca, uno de los asentamientos humanos más alejados del centro neurálgico de Lima. En torno a Lima se extienden kilómetros y kilómetros de cerros de tierra, cerros plagados de “casas de llamativos colores”, llamarlo “casa” es porque en estos habitáculos viven personas, familias enteras. Estos “hogares” carecen de servicios básicos como agua o luz y obviamente las medidas de higiene brillan por su ausencia.
Describir cómo se vive allí es imposible, no hay palabras ni imágenes capaces de captarlo, nuestras vidas llenas de comodidades no se pueden asemejar en nada.
Perdida en la nada estaba la escuela, llena de niños que nos miraban extrañados y nos tocaban como si fuésemos seres de otro planeta “Qué blanquita es vuestra piel” nos decían. Eran demasiadas las miradas perdidas, demasiados los signos de avitaminosis, demasiadas las caras de cansancio… Caras cargadas de tímidas sonrisas.
Sacamos nuestro equipo y nos pusimos manos a la obra. Parecía que salían niños de debajo de las piedras, se corrió la voz y la mamás empezaron a acercarnos a todos sus hijos “por favor doctora, tiene que ver a mi hijo”.
Encontramos muchos niños viendo un 30, un 40 o un 70%. Y entonces surgió la “magia de ver”, esas caras de sorpresa o incredulidad al mirar a su alrededor y descubrir un nuevo mundo tras unas lentes. Se nos ponen los pelos de punta al recordarlo, ¡nos miraban como si tuviésemos una varita mágica!
Logramos que todos los que necesitaban gafas las tuviesen, gracias a la ayuda de amigos, pacientes y familiares que hicieron de financiera. La impotencia surge cuando encuentras problemas visuales que no se solucionan con gafas. Por ejemplo, estrabismos, ojos vagos o problemas acomodativos que en España tendrían solución mediante un tratamiento Terapia Visual, allí es imposible.
Tenemos una profesión que nos apasiona, somos Optometristas Especialistas en Terapia Visual. Explicar a qué nos dedicamos es “sencillo”, nos encargamos de la detección y del tratamiento de problemas visuales o problemas de interpretación de la información visual. A grandes rasgos, los problemas visuales con los que trabajamos van desde ambliopía (ojo vago), estrabismos o problemas de visión en cerca o lejos, hasta problemas de aprendizaje o percepción visual; pasando por problemas visuales asociados a Daño Cerebral Sobrevenido, Esclerosis Múltiple o Parkinson.
Si nos preguntamos “¿Yo veo bien?”, podemos pensar “Si, porque cuando me hacen pruebas con letras muy pequeñas soy capaz de verlas”. Pero esto no es “ver bien”, esto es tener “buena agudeza visual”. Para afirmar que una persona ve bien es necesario analizar: si sus ojos se mueven de manera correcta, si son capaces de enfocar o ver nítido en cerca durante un tiempo prolongado, si además en cerca son capaces de converger y mantener esta posición, si son capaces de hacer cambios de mirada lejos-cerca y cerca-lejos de manera eficiente, etc. Estas habilidades se ponen en juego durante las tareas del día a día, tanto en niños como en adultos (al trabajar con el ordenador, al leer, al mirar a la pizarra, al jugar a la videoconsola, al practicar deportes,…).
Y finalmente, ¿cuál es el papel que juega un cuadro en todo esto? Puede sonar a tópico idílico pero el cuadro nos encontró a nosotras. Durante la estancia en Perú, entramos de casualidad en el taller de pintura de un artista local en Oyantaytambo y como si te llamasen por la espalda, el cuadro hizo que nos girásemos y embobadas decidiésemos que no se podía quedar allí. Este cuadro, a día de hoy, luce en un lugar privilegiado de nuestro Centro de Optometría y Terapia Visual. Un proyecto que surgió a raíz de esta experiencia y en el que hemos volcado ilusión, energía, ganas y profesionalidad.