Las que ya tenemos una edad, recordamos aquella frase final de una mítica serie que decía: “me encanta que los planes salgan bien”. Y eso es en lo que estamos en Aena, en que nuestro Plan de Igualdad, nos salga bien, muy bien.
Los beneficios de implantar planes de igualdad son múltiples, tanto para la empresa como para las personas trabajadoras. Lo mejor de tener un plan de igualdad en la empresa es que crea un entorno de trabajo seguro y equitativo para todos los empleados. Esto no solo mejora la moral y la satisfacción de la plantilla, sino que también puede aumentar la productividad y la eficiencia de la organización. Además, un plan de igualdad bien implementado puede mejorar la imagen de la empresa tanto internamente como externamente, lo que puede atraer a más talento y clientes.
En Aena, siempre hemos tenido claro que queremos ser un referente a la hora de formalizar nuestro compromiso con la igualdad. Desde el año 2011 ya se contaba con un primer Plan de Igualdad y una Comisión Paritaria de Igualdad integrada por representantes de las organizaciones sindicales y representantes empresariales, con el objetivo de velar por que en la entidad se cumpla el principio de igualdad de trato y oportunidades entre mujeres y hombres, sensibilizar a la organización sobre la importancia de impulsar la igualdad y realizar el seguimiento, evaluación y revisión del Plan.
El II Plan de Igualdad de Aena fue aprobado el 22 de diciembre de 2021, incluyendo tanto el diagnostico como las medidas establecidas en el plan de actuación que lo acompaña. Su objetivo principal es integrar el principio de igualdad efectiva entre mujeres y hombres y la no discriminación por razón de género. Un principio que está presente en cualquiera de nuestras políticas y especialmente en las que hacen referencia a los procesos de selección y contratación, formación, comunicación, prevención de acoso sexual, conciliación y corresponsabilidad, violencia de género, prevención de riesgos laborales, infrarrepresentación femenina, retribución y condiciones laborales.
Algunas de las medidas incluidas en el plan van encaminadas a favorecer la formación de las personas trabajadoras en temas como la prevención del acoso por razón de género o la eliminación de sesgos en nuestro día a día. También son numerosas las medidas relacionadas con el área de comunicación, que abarcan desde tener una imagen de marca propia para los temas relativos a igualdad hasta la inclusión en el boletín semanal Aena 360 testimonios de personas de la compañía compartiendo su visión sobre el momento presente y los retos del futuro en relación con este tema, o la realización de actividades divulgativas en días señalados como el 8 de marzo, con campañas específicas de sensibilización en los aeropuertos o la iluminación de las terminales y las torres de control de color morado.
Gran parte de que los planes de igualdad no queden en papel mojado se basa en la implicación y el compromiso de todos los niveles de la organización, incluida la alta dirección, para hacerlo efectivo, dotando de los recursos necesarios para su implantación. En Aena, el 47% de los puestos del Consejo de Administración y el 42 % de los puestos directivos de los Servicios Centrales son ocupados por mujeres, incluidas las dos Direcciones Generales de la compañía. Unos datos que avalan una firme apuesta por el liderazgo en femenino y la gestión del desarrollo profesional de las mujeres que forman parte de la empresa.
Las empresas, a través de los planes de igualdad, debemos ser motor de cambio social e impulsar la creación de entornos laborales inclusivos. Esto no solo beneficia a nuestros empleados, sino que también fortalece nuestra competitividad y sostenibilidad en el mercado. Al promover la igualdad de oportunidades y la diversidad, contribuimos a una sociedad más justa y cohesionada, donde cada individuo puede desarrollar su máximo potencial sin barreras ni discriminaciones.
Sin duda, el éxito de un Plan de Igualdad se mide no solo por el cumplimiento de la legislación vigente, sino lo más importante, por su impacto en la creación de un entorno laboral más justo, equitativo y productivo. En definitiva, el entorno laboral igualitario que todos y todas nos merecemos.