El precio del carbono nace ante la necesidad de considerar las emisiones de CO2 como una externalidad negativa para la sociedad debido a sus actuales y potenciales consecuencias. Como tal, deberían ser entendidas como un coste adicional en los procesos productivos y, por tanto, una disminución de los márgenes de beneficios de bienes y servicios o un aumento de sus precios. Aunque monetizar un intangible supone siempre un reto, en este artículo encontrarás algunas pistas para hacerlo realidad.
Es importante tener en cuenta que existen numerosos mecanismos de carbon pricing externo o público a lo largo del mundo. Un informe del Banco Mundial State and Trends of Carbon Pricing 2015 estimaba que desde 2012 el número de mecanismos de carbon pricing implementados o previstos se había duplicado. A esa fecha -2015- alrededor de 40 jurisdicciones nacionales y más de 20 ciudades, estados y regiones ya habían puesto un precio al carbono a través de mercados de carbono –comercialización y compra de derechos de emisiones- o de una tasa sobre el carbono –impuesto por cada tonelada de CO2 emitida-.
El establecimiento de un precio interno del carbono es una herramienta que las empresas pueden utilizar de forma voluntaria para gestionar los riesgos y oportunidades asociados a su huella de carbono y así, internalizar los costes derivados de las emisiones de CO2, a pesar de que sus operaciones no estén sujetas a regulación externa del carbono en la actualidad.
DOS FORMAS Y CINCO PASOS PARA INTEGRAR EL CARBON PRICING
Dos son los mecanismos más comunes para hacerlo: un precio sombra, consistente en asociar un coste a las emisiones de CO2, que permita optimizar la toma de decisiones a la hora de seleccionar proyectos con inversión de capital asociada, gestionar riesgos o planificar la estrategia empresarial; o establecer una tasa sobre el carbono, que consiste en gravar las emisiones de CO2 mediante la creación de programas e incentivos financieros internos que tengan como objetivo su reducción.
Los cinco pasos que se plantean en el informe de Forética El carbon pricing como herramienta de gestión empresarial para integrar un precio interno o corporativo del carbono suponen una guía para aquellas empresas que decidan investigar sobre la posibilidad de aplicarlo:
- Comprende tu impacto a través de la medición de tu huella de carbono y el establecimiento de unos objetivos de reducción de emisiones de CO2.
- Elabora una estrategia mediante la constitución de un equipo capaz que lidere el proyecto, que identifique los objetivos concretos de la implantación de una herramienta de carbon pricing y que construya el business case de hacerlo: ¿cómo va a afectar el precio del carbono a mi posición en el mercado?, ¿qué piensan mis inversores al respecto?, etc. También es importante posicionarse públicamente con poderes públicos e incluir la perspectiva de los grupos de interés.
- Establece un plan de acción para el que se deben analizar los métodos de carbon pricing más adecuados para cumplir con los objetivos previamente establecidos, recopilar datos sobre la actual huella de carbono, realizar estimaciones sobre el impacto que pueda tener una potencial legislación sobre las operaciones y, por último, establecer un precio adecuado, el mayor y principal reto.
- Ponlo en práctica, primero a través de un programa piloto y luego haciéndolo extensivo a la estrategia global, las operaciones y los sistemas de gestión.
- Controla y evalúa si tus objetivos siguen siendo adecuados, si es necesario actualizar el precio asignado y comunica tus esfuerzos y el grado de cumplimiento de los mismos.
Según el informe de Carbon Disclosure Project Embedding a carbon price into business strategy más de 1.200 empresas a nivel mundial ya lo están implementando o pretenden hacerlo en un plazo de dos años, en el caso de España el número de empresas asciende a 37. ¿Te unes al reto?