En junio de 2008, el Consejo de Derechos Humanos (CDH) adoptó el marco ‘Proteger, Respetar y Remediar’ propuesto por el representante especial del secretario general de las Naciones Unidas sobre la cuestión de los Derechos Humanos y empresas (Representante Especial). En junio de 2011, el CDH aprobó los Principios Rectores de la ONU sobre Empresas y Derechos Humanos (UNGPs) como acompañamiento del marco ‘Proteger, Respetar y Remediar’. Junto con la adopción de las UNGPs, se creó un Grupo de Trabajo sobre los Derechos Humanos y las Empresas por el Consejo de Derechos Humanos. El Grupo de Trabajo está integrado por cinco expertos que dispondrán con un mandato de dos años.
‘Proteger, respetar y remediar’
Orencio Vázquez, coordinador del Observatorio de RSC
Los principios rectores se basan en tres pilares: el deber estatal de proteger los Derechos Humanos, la obligación empresarial de respetarlos y la promoción de mecanismos para reparar las violaciones. En resumen: “proteger, respetar, remediar”. Con el objetivo de abrir un debate sobre cómo aterrizar esos principios, se celebró el pasado cuatro y cinco de diciembre el primer foro sobre empresas y derechos humanos convocado por Naciones Unidas. La convocatoria ha sido un éxito, han asistido cerca de mil personas en representación de 85 países. No se ha adelantado mucho propuestas concretas de cómo aterrizar en acciones y políticas los principios rectores aunque es indudable que el debate está mucho más centrado y por tanto es más rico que hace unos años atrás.
Por otro lado, se abren espacios con nuevas oportunidades. En octubre de 2011, la Comisión Europea aprobó una nueva Comunicación y estrategia sobre la Responsabilidad Social de las Empresas (RSE). La nueva definición de RSE adoptada por la Comunicación de 2011 menciona explícitamente la “responsabilidad de las empresas por su impacto en la sociedad” y hace referencia a la debida preocupación ambiental y de los Derechos Humanos. En la Comunicación, la Comisión hace alusión a los principios y directrices internacionalmente reconocidos en el ámbito de la RSE, tales como las Directrices de la OCDE para Empresas Multinacionales, ISO 26.000 y los UNGPs4.
La Comunicación de 2011, además de invitar a los Estados a elaborar planes nacionales con acciones concretas para promover la RSE, también alienta a los Estados miembros a “publicar a finales de 2012 planes nacionales para la aplicación de los Principios Rectores de la ONU”. La propia Comisión se compromete a “publicar a finales de 2012 un informe sobre las prioridades de la UE en la aplicación de los Principios Rectores de la ONU, y, posteriormente, emitir informes periódicos sobre la puesta en ejecución”.
En este sentido, la Comisión hace mención al denominado informe de Edimburgo que fue publicado en 2010. El estudio hace referencia al Marco de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y Empresas y emite una serie de recomendaciones para introducir reformas en el marco jurídico de la UE, lo que mejoraría la rendición de cuentas de las empresas europeas que operan fuera de la UE sobre la gestión de impactos sobre los Derechos Humanos y el medio ambiente.
La presentación de los planes nacionales se ha aplazado a 2013; sin embargo, suponen una oportunidad única para aterrizar debates, en muchos casos ideológicos y sin valor, en políticas concretas y medibles en cuanto a resultados.
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