Afirmar que los consumidores cada vez valoran más las marcas que se comprometen con la sostenibilidad y están dispuestos a elegir productos y servicios que reflejen sus valores y preocupaciones ambientales y sociales, no es nada nuevo. Responde a un cambio social.
La responsabilidad social y la sostenibilidad ya no son únicamente el término de moda o una atractiva etiqueta, son una exigencia del mercado. Es un momento crucial en el que las empresas deben considerar el impacto de sus acciones, en sus entornos y en el planeta.
Para lograr el éxito, las empresas deben incorporar la sostenibilidad como un componente de su identidad corporativa y comprender que esto implica la integración de iniciativas sostenibles y responsables, de manera transversal en todos los niveles y procesos. Pero, ¿Cuáles son las claves fundamentales para vincular la marca y la responsabilidad social y medioambiental?
Reflexionar sobre el propósito de la compañía
Saber quiénes somos como compañía y por qué existimos más allá de los beneficios económicos, debe ser la guía para orientar nuestra estrategia de marca hacia un enfoque sostenible; el objetivo es crear un discurso propio en torno a la sostenibilidad, vinculado a nuestra estrategia de comunicación y coherente con nuestro propósito.
Analizar el impacto de la actividad
Tomarse el tiempo necesario para identificar los impactos que la actividad empresarial genera, detectando así las prácticas a corregir y cuáles generan valor. En esta etapa, se busca alinear los objetivos de rentabilidad de la compañía con los sociales y medioambientales para dejar una huella positiva en el entorno y la sociedad.
Trazar una hoja de ruta
Las activaciones deben ser realistas, inspiradoras, medibles y que involucren a todas las áreas de la compañía. Pero una narrativa de sostenibilidad no puede prosperar sin acciones, entonces, el siguiente paso es definir qué iniciativas concretas se van a llevar a cabo y qué recursos se van a asignar para activarlas, tanto económicos como humanos.
Definir responsabilidades y asegurar la coherencia
¿Cómo podemos mantener la coherencia y ganar credibilidad? En primer lugar, convertiremos la intención de la narrativa en hechos medibles: simplificando el plan en acciones, dividiéndolas en objetivos, con procesos alcanzables y un progreso medible, asignando indicadores cuantitativos y cualitativos.
Y, en segundo lugar, asignaremos responsables que velen por la coherencia: el departamento de comunicación suele liderar internamente la estrategia, guiando a toda la empresa y evitando así caer en acciones tácticas poco coherentes con la esencia de la compañía.
Medir, evaluar, reportar y redefinir
No hay un objetivo final, sino más bien un camino continuo; por tanto, centrarse en lograr resultados clave servirá continuamente al propósito y la cultura corporativa. No obstante, monitorizar y verificar el grado de cumplimiento de los objetivos y el impacto real en la sociedad y el medio ambiente, servirá para demostrar el desempeño en material de RSC y seguir mejorando.
Y, por último, comunicar: reportar a tus grupos de interés sobre el compromiso y los resultados, incluso elaborar un informe de sostenibilidad o memoria de RSC que refleje la gestión responsable y transparente y los retos.
Para finalizar, cabe destacar que al integrar la sostenibilidad en el ADN de la marca- las empresas no solo cumplen con su deber ético de proteger el medio ambiente y respetar los derechos humanos, sino que también se posicionan como líderes en su sector al ofrecer productos y servicios que reflejen estos valores. Esta conexión emocional con los consumidores, basada en la responsabilidad -social y ambiental-, puede generar una lealtad más sólida y duradera hacia la marca, y también una oportunidad para diferenciarse de la competencia, en un mercado cada vez más competitivo y consciente.
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