La experiencia nos ha demostrado que lo primero que debemos asumir es que la RC debe integrarse plenamente en la estrategia de negocio de las empresas. Sólo de esta forma podremos aportar beneficios en nuestra relación con el entorno en el que operamos. No tiene sentido, desde nuestro punto de vista, desarrollar actuaciones concretas sin orden y sin metas cuantificables. De esta forma, aunque puedan aportarse soluciones puntuales, no seremos capaces de elaborar políticas con capacidad de evolución y de mejora constante de resultados.
El modo más directo y eficaz de plantear la integración de la RC en la estrategia de la compañía es adecuarla a su campo de actividad y a las áreas de conocimiento que domina desde la experiencia empresarial. Será posible así aportar un valor diferenciado a la actividad de la empresa a través de la consecución de objetivos que redunden en una mejora de nuestro entorno y de las circunstancias en las que interactuamos con nuestros grupos de interés.
En Sonae Sierra hemos aplicado este planteamiento. Hemos integrado la RC con nuestra estrategia empresarial y la hemos desarrollado en aquellas áreas que mejor conocíamos.Los resultados obtenidos mejoran año tras año. Nuestra actividad, como especialistas internacionales de centros comerciales, nos llevó a realizar un análisis de cuáles eran los públicos y el entorno en el que mejor podíamos aportar nuestro conocimiento aplicado a la RC. Detectamos así que nuestros empleados, nuestros proveedores, nuestros comerciantes, las comunidades y visitantes de nuestros centros eran los principales públicos y áreas en las que podíamos desarrollar políticas socialmente responsables de forma efectiva.
Entre las líneas de actuación de nuestra política de RC podemos destacar: el trabajo por la mejora de las condiciones laborales de nuestros empleados, con especial atención a la seguridad y salud en el trabajo; el desarrollo de iniciativas de carácter medioambiental, fundamentadas en la sostenibilidad a largo plazo y en todas las fases de vida de nuestros centros comerciales; y la mejora de la accesibilidad de los visitantes en nuestros centros comerciales. Todas estas políticas han contribuido además a una mayor efectividad en el plano empresarial: reducciones de costes en energía y recursos naturales, reducción de bajas laborales por accidentes, mejora de acceso a todo tipo de públicos y visitantes,etc.
Este ejemplo es extrapolable a cualquier tipo de compañía, sea grande o pequeña, e independientemente del sector en el que se opere. Las empresas, además, deben comprender que esta forma de actuar no sólo tiene un beneficio directo en los públicos a los que se dirigen, sino que se traduce en resultados que contribuyen a mejorar los propios de la actividad económica que desarrolla. Cada política de RC que se integra en la estrategia empresarial tiene una doble satisfacción, la de nuestro entorno y la nuestra propia.