Ecuador, Reino Unido Francia o Alemania son los países a los que acudimos los españoles en busca de empleo, todos ellos en constante demanda de mano de obra cualificada. En el caso concreto de Ecuador, esta importante atracción de españoles puede responder al retorno de aquellos ciudadanos originarios de Ecuador que obtuvieron la nacionalidad española tras años de trabajo e integración en nuestro país, aunque también es cierto que el país andino está viviendo una favorable situación económica que necesita de profesionales altamente cualificados que fortalezcan su competitividad.
En sí mismo, no es negativo que los ciudadanos busquen trabajo fuera de nuestras fronteras. Hasta hace pocos años era una forma de crecer profesionalmente y de adquirir un perfil mucho más interesante para los reclutadores. Pasar una experiencia laboral en el extranjero dota a los trabajadores de una serie de valores muy demandados por las empresas como son: la autonomía, el conocimiento de otras culturas y mercados, la capacidad de adaptarse al entorno, el dominio de idiomas, etc., que los convierten en candidatos ideales para cualquier proceso de selección.
Sin embargo, el peligro surge cuando no hay visos de que este talento que está emigrando- y mejorando profesionalmente-, vuelva a España. Es esencial que recuperemos el talento que ha de hacer de nuestra economía una mucho más fuerte, sólida, productiva y competitiva. El mensaje que todos los operadores responsables del mercado laboral deberíamos lanzar es que estamos haciendo un enorme esfuerzo por mejorar la situación en el empleo, que luchamos por garantizar que esos empleos serán de calidad y con todas las garantías y que pase lo que pase, una vez regresen, no volverán a estar solos.
Las agencias privadas de empleo están en contacto constante con la realidad empresarial, conocen su funcionamiento, avanzan en la detección de necesidades empresariales futuras, y tienen la capacidad así, de identificar los perfiles profesionales que se necesitan en nuestro país para hacer más competitivo, ágil y eficiente el mercado laboral. A partir de este amplio conocimiento de las necesidades empresariales y de los nuevos procesos productivos que van surgiendo conforme se desarrollan los avances técnicos, las agencias privadas de empleo tienen la capacidad y el férreo compromiso de cualificar a los desempleados para adaptar sus habilidades a las que demanda el tejido productivo. La esencia de estas empresas es mejorar el casamiento entre oferta y demanda de empleo, encontrar nuevos nichos de empleo y, sobre todo, acompañar al trabajador en la mejora de su cualificación profesional para conseguir su inserción en el empleo.
Las agencias privadas de empleo en España realizan entorno a dos millones de contrataciones anuales, de las cuales el 100% ofrece las máximas garantías a los trabajadores en materia de salario, Seguridad Social y beneficios sociales; suponen un puente hacia el empleo hasta el punto que el 30% de los trabajadores que entra al mercado laboral a través de estas empresas, acaba quedándose de manera estable para la empresa usuaria; apuestan por la formación de sus trabajadores para aumentar su empleabilidad y garantizar que mantienen sus aptitudes actualizadas para adaptarse a las nuevas oportunidades laborales que puedan ir surgiendo, por escasas que sean en estos momentos.
Los tiempos cambian, cada vez con mayor rapidez, y es necesario que España cuente con mecanismos ágiles y eficaces que permitan a trabajadores y empresas poder seguir avanzando, mejorar y adaptarse a los ciclos de la economía, cada día más inciertos y volátiles.