El desperdicio de alimentos es un problema global que afecta a todos los sectores de la sociedad, incluyendo la industria hotelera. Naciones Unidas calcula que un tercio de los alimentos que se producen en el mundo acaba en la basura, al mismo tiempo que aumenta la incidencia de hambrunas severas; y que casi la mitad de las muertes infantiles están relacionadas con la desnutrición.
Por eso, la lucha contra el desperdicio de comida es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, concretamente, el ODS 2 Hambre cero. Esto no solo es un tema de desperdicio de recursos, sino que también contribuye al cambio climático debido a las emisiones de gases de efecto invernadero producidas por los alimentos desechados.
La industria hotelera, por su naturaleza, enfrenta desafíos significativos en relación con el manejo de los alimentos. Cada día, en nuestras numerosas ubicaciones en todo el mundo, se preparan y sirven miles de comidas. Con esta actividad, surge la responsabilidad de garantizar que los alimentos se utilicen de manera eficiente y responsable.
En RIU tenemos el firme compromiso de luchar contra este serio problema que supone desechar comida en los hoteles. Por ello y para conmemorar el Día Internacional de Cero Desechos, queremos hablar de cómo nos convertimos en la primera organización hotelera en conseguir el certificado AENOR Desperdicio Alimentario Cero en nuestros hoteles Riu Concordia, Riu Festival y Riu San Francisco.
Esta certificación de AENOR nos marca el camino que hay que seguir para que la empresa pueda aplicarlo a todos sus hoteles. Se trata del resultado de una profunda reflexión y supone para la empresa emprender un proceso de transformación con el objetivo de que el impacto de su actividad sea siempre el más positivo posible tanto en la sociedad donde la desarrolla, como en sus ecosistemas. La hostelería es un sector en el que se consume una gran cantidad de comida y que implica a toda la cadena de valor agroalimentaria.
El proceso para conseguir un desperdicio alimentario nulo se basó principalmente en tres pasos:
- Revisión del sistema de gestión. Implica evaluar y mejorar continuamente los procesos internos para garantizar una gestión eficaz del desperdicio alimentario.
- Revisión de la trazabilidad del desperdicio alimentario. Se centra en identificar las fuentes y cantidades de desperdicio alimentario a lo largo de toda la cadena de producción y distribución.
- Comprobación del cumplimiento de los requisitos legales. Se trata de asegurar que todas las operaciones relacionadas con el desperdicio alimentario cumplan con las regulaciones pertinentes.
El éxito de esta iniciativa requiere cumplir con una serie de requisitos fundamentales, como son el de realizar un inventario detallado del desperdicio alimentario, identificando sus tipologías, cantidades, así como los procesos o actividades generadoras; establecer un balance de masas para rastrear la entrada y salida de alimentos en todas las etapas del proceso; priorizar acciones para reducir el desperdicio según una jerarquía predefinida; calcular el porcentaje de producto con destino a eliminación en relación con el total de entradas de alimentos; desarrollar un plan integral de minimización del desperdicio alimentario y por último, implementar un sistema de gestión robusto para asegurar la conformidad con los requisitos establecidos.
Históricamente en RIU trabajamos muy de cerca el consumo de comida, ajustando a lo largo de los años las cantidades y las frecuencias de distribución por parte de nuestros proveedores de perecederos y otros alimentos, con el objetivo de evitar el desperdicio y las caducidades. Antes de lograr esta certificación ya disponíamos de una serie de procesos, controles internos e informes mensuales de control de costes relacionados directamente con la reducción del desperdicio de alimentos.
Nuestros stakeholders, tanto internos como externos, valoran en gran medida la este tipo de iniciativas, y gracias a la obtención de este reconocimiento, RIU Hotels & Resorts confirma su compromiso con la sostenibilidad para trasladar estas buenas prácticas a toda la empresa.
Reducir el desperdicio alimentario no solo es una responsabilidad ética, sino también una oportunidad para promover la sostenibilidad y la equidad alimentaria en todo el mundo. En RIU, estamos orgullosos de hacer nuestra parte y de seguir buscando nuevas formas de ser parte de la solución.
Esta tribuna forma parte del Dosier Corresponsables: Día Internacional de Cero Desechos