La robótica móvil, disciplina que desarrolla autómatas capaces de desplazarse y operar de forma autónoma o semiautónoma en entornos dinámicos, ha emergido como una herramienta clave en la evolución de la sostenibilidad y la gestión ESG (ambiental, social y de gobernanza) en diversas industrias.
En primer lugar, en el ámbito ambiental, la robótica móvil contribuye significativamente a la reducción del uso de recursos y la huella de carbono. Estos sistemas robóticos, especialmente en la industria logística y de manufactura, permiten una gestión más eficiente de los recursos, desde el transporte hasta el almacenamiento y la producción.
En cuanto al aspecto social, los avances en robótica móvil también tienen un impacto positivo en la mejora de las condiciones laborales. Al delegar tareas peligrosas, penosas, repetitivas o físicamente exigentes a los robots, se protege la salud y el bienestar de los trabajadores, quienes pueden centrarse en otro tipo de tareas más creativas o de supervisión.
Asimismo, estos avances permiten la creación de empleos altamente especializados en áreas como el desarrollo, mantenimiento y gestión de tecnologías robóticas, lo que también apoya el progreso social.
En términos de gobernanza, la robótica móvil promueve una gestión más eficiente y transparente de los recursos. Los robots, equipados con sistemas de inteligencia artificial y sensores avanzados, proporcionan datos precisos y en tiempo real que pueden ser utilizados para tomar decisiones más informadas.
Sin embargo, es importante señalar que la implementación de la robótica móvil en sectores industriales debe hacerse de manera consciente, tomando en cuenta no solo los beneficios inmediatos, sino también los posibles desafíos éticos y sociales.
Esto exige políticas claras y estrategias responsables que mitiguen posibles efectos negativos y garanticen una transición justa para todos los actores involucrados.
Este editorial forma parte del Dosier Corresponsables: Robótica Móvil en materia ESG