Sin embargo, hoy estas afirmaciones siguen siendo “compañeras de viaje” en el día a día, un nítido reflejo de las suspicacias que genera en una parte de los ciudadanos la labor social que realizan las empresas. Para muchos, una contradicción en sí misma. Máxime cuando algunas conductas que han aparecido en las páginas de los periódicos han llevado, en ocasiones, el sello de las empresas.
Si bien es cierto que esta es una historia de luces y sombras, la realidad está cambiando y lo está haciendo de forma multidireccional. Cada vez más, las empresas son conscientes de su doble papel, tanto como motor económico como punta de lanza del progreso de toda la sociedad. Y esta realidad ha cambiado porque aquellas compañías que hoy están implementando y leyendo mejor las tendencias sociales están marcando la diferencia y tendrán una ventaja clara en el futuro. No se trata de ser buenos. Nos hace mejores y más fuertes.
Los Premios SERES nos han dejado muestras claras de cómo las empresas ponen en práctica su labor social, buscando la unión entre fortalezas empresariales y las necesidades sociales. Por ejemplo, encontramos hoteles que acogen a familiares de niños afectados por enfermedades cardíacas durante su período de hospitalización fuera de su lugar de residencia. O con bancos del tiempo para fomentar el empleo de personas en riesgo de exclusión. O aplicaciones que rompen la brecha digital de las personas con discapacidad. O empresas que apuestan por empoderar a sus grupos de interés en las comunidades locales en las zonas más castigadas por los conflictos armados y sociales. No es una ilusión: todas estas iniciativas son ejemplos extraídos de los Premios SERES que convocamos cada año y que demuestran que las empresas no son el problema sino la solución.
La empresa ha recogido el guante que la sociedad le ha lanzado y está respondiendo a base de compromiso, buenas prácticas y soluciones para impulsar el avance de toda la sociedad. Porque este progreso será con la empresa como agente y aliado… o no será. Su compromiso con la sociedad forma parte de su estrategia de negocio, de su ADN, y ayuda a construir una empresa más fuerte y una sociedad más sana. Hoy no hay duda, sociedad y empresa son mutuamente dependientes.