Las iniciativas sostenibles son cada vez más importantes en el día a día de las empresas, que son conscientes de la importancia que ésta tiene en el futuro global. En este contexto, las entidades tecnológicas tienen una gran importancia, gracias a que cuentan con una herramienta fundamental: la innovación, que les hace ser protagonistas para aplicar y fomentar el cambio sostenible.
En el entorno digitalizado en el que vivimos, no podemos dar la espalda al reclamo que nuestro planeta exige, y al que responsablemente debemos atender para el devenir de las generaciones futuras. En ese sentido, una de las mayores preocupaciones son los océanos, que reciben anualmente una cantidad de 12,7 millones de toneladas de plástico, según datos de la fundación Aquae. Una materia prima que pasa por los vertederos, ríos y termina en nuestros mares y océanos causando un daño incalculable en nuestro ecosistema marino.
Para atender a las necesidades de nuestro planeta es fundamental empezar la transición hacia una economía circular, la cual está muy influenciada por la tecnología. Para ello, es importante que las compañías contemplen la sostenibilidad como eje de sus estrategias y tengan un impacto significativo en el entorno. Y deberán ser creados con el compromiso de que cada avance que se haga dentro del sector tecnológico ha de ser más sostenible que el anterior, porque solo superando los límites de lo actualmente existente contribuiremos en la economía circular.
Precisamente, bajo esa perspectiva Samsung lleva una década trabajando en refabricar el diseño y el desarrollo de sus productos con el propósito de hacerlos cada vez más sostenibles. De esta manera, la compañía adquiere el compromiso de mejorar constantemente la sostenibilidad de sus productos, creando un ciclo de vida ecológico para ellos, garantizando que todo lo que hace -desde el diseño y la fabricación, pasando por la compra y el uso, hasta el procesamiento y la eliminación al final de la vida útil- sea “ecológico por diseño”.
Bajo esta estrategia en 2021 la compañía presentó ‘Galaxy for the Planet’, la plataforma de sostenibilidad que tiene como objetivo mejorar el impacto ambiental de sus dispositivos móviles para el año 2025 a través de la integración de prácticas sostenibles en cada etapa de fabricación de los productos. Así, el último paso de Samsung ha sido la reciente creación de una tecnología Galaxy que reutiliza una de las principales fuentes de residuos plásticos del mundo: las redes de pesca desechadas.
Las redes de pesca desechadas suponen una grave amenaza para la vida marina y los ecosistemas naturales, puesto que muchas de estas terminan en las fuentes de agua y en los alimentos de las personas. Estas redes, debido a su exposición constante al agua del mar, y a los rayos ultravioleta, son bastante frágiles, lo que hace que el reciclaje sea muy complicado, y muchas de ellas terminan en el mar. Para encontrar una solución, Samsung decidió crear un material para mantener la calidad de sus smartphones mientras preserva la salud de los océanos.
No sería posible realizar esta tarea sin seguir uno de los pilares más importantes en nuestra compañía, unir fuerzas con organizaciones expertas para desarrollar iniciativas que aborden el reto de la contaminación. En este contexto, Samsung se asoció con Royal DSM para recoger las redes de pesca de los pescadores que llegan a las costas del Océano Índico. Esta empresa es la encargada de separarlos, cortarlos, limpiarlos y extraerlos para desarrollar un material ecológico que consiste en un mínimo del 80% de poliamida reciclada, o nylon.
Para optimizar el rendimiento de este material y adaptarlo a la alta calidad que requieren los smartphones, Samsung se unió a Hanwha Compound, que ayuda a transformar en resinas de poliamida que se construye con un mínimo del 20% de redes de pesca reutilizadas. Después de este proceso. Samsung lo incorpora en la fabricación de componentes clave de la serie Galaxy S22 y en la cubierta del S Pen.
En este sentido la tarea de las empresas tecnológicas, y en concreto de nuestra compañía es que el trabajo no termine aquí, si no que sigamos impulsando nuestra ambición por reinventarnos hacia una tecnología limpia, verde y sostenible. Invitamos a que más firmas se suban al carro de la economía circular responsable y juntos rejuvenezcamos la tecnología para que esté en el día a día de los consumidores de todo el mundo, y continúe eliminando barreras, conectando comunidades y sin dejar de combatir la crisis climática.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Economía Circular de los Plásticos