El Día Mundial del Agua se convirtió en un día de celebración de la ONU en 1993 y se celebra anualmente cada 22 de marzo con un objetivo importante, el de centrar la atención en la importancia del agua dulce y abogar por la gestión sostenible de este recurso.
Se trata de tomar medidas para hacer frente a la crisis mundial del agua, en apoyo del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 6: agua y saneamiento para todos para 2030.
En las últimas décadas la comunidad internacional ha mostrado una gran preocupación por el agua y por los desafíos derivados de la creciente demanda de recursos hídricos. Por ello, la correcta gestión del agua tiene un papel esencial en todas las estrategias de mitigación y adaptación al cambio climático, cuya relevancia ya se trató en la COP 26 celebrada en Glasgow el pasado noviembre de 2021.
En España encontramos igualmente políticas muy ligadas a la gestión del agua, como son la Estrategia Española de Economía Circular, que plantea unos objetivos ambiciosos a alcanzar en el 2030, dentro de los cuales se encuentra el de mejorar un 10% la eficiencia en el uso del agua. Asimismo, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico se encuentra tramitando los nuevos Planes Hidrológicos de Cuenca 2022-2027 que ponen el foco en priorizar mejor los usos del agua, gestionar las grandes avenidas y sequías, definir unos caudales ecológicos que aseguren la protección de las aguas y sus ecosistemas y fomentar el ahorro y la reutilización de este recurso esencial.
La reducción de la disponibilidad de agua genera múltiples riesgos para las empresas, por ello es imprescindible que estas adopten medidas para optimizar y gestionar de una manera más eficiente su uso, para lo cual es fundamental conocer con minuciosidad cuánta agua es necesaria para la elaboración de productos o prestación de servicios.
La huella hídrica es un indicador del uso que se hace del agua dulce, tanto de manera directa como indirecta, en un proceso, un producto, un consumidor, una organización o incluso un país. Para calcular y reportar la huella hídrica existen diferentes metodologías como la elaborada por la Water Footprint Network o la norma ISO 14046. Así, mientras la primera se centra en la cuantificación del agua consumida, la segunda de manera adicional evalúa los impactos ambientales asociados bajo un enfoque de análisis del ciclo de vida.
La verificación de la huella hídrica por tercera parte independiente como SGS, permite respaldar la veracidad de los datos y la metodología empleada para el cálculo de la huella hídrica, aportando solidez al reporte de la misma y proporcionando una mayor seguridad de que la información comunicada es trazable, exacta, coherente y transparente. Esto va a ofrecer asimismo una mayor confianza tanto a accionistas, inversores, consumidores o cualquier otro grupo de interés que demande este tipo de información.
La implementación de este tipo de medidas, además de reducir la huella hídrica, con el consiguiente beneficio ambiental, va a permitir a las empresas una mayor optimización en sus procesos, una reducción de costes y va a ser una herramienta valiosa en la toma de decisiones para futuras inversiones, convirtiendo los riesgos en oportunidades.
España es el país más árido de la Unión Europea y sin embargo la huella hídrica anual del país se sitúa cerca de los 2 millones y medio de litros por persona, el doble que el promedio mundial. En la clasificación mundial de países con mayor huella hídrica, España se posiciona en el octavo puesto y en el segundo en el ranking europeo.
Ante la falta de lluvias de los últimos meses que ha llevado a que los niveles de agua en los embalses españoles estén muy por debajo de las reservas habituales en esta época del año y el escenario futuro poco esperanzador con pronóstico de precipitaciones muy inferiores a la media para la primavera entrante, hace que la gestión eficiente de los recursos hídricos se muestre como un elemento fundamental para hacer frente a los efectos negativos de una situación de sequía. Y en este sentido parece haber pocas dudas de que tanto el conocimiento y la educación, por un lado, como la ciencia y la tecnología por otro, deben jugar un papel vital en la búsqueda de soluciones necesarias para superar los problemas que surgirán de la escasez global de agua.
En SGS nos hemos comprometido a acompañar a nuestros clientes en su viaje hacia la sostenibilidad con una respuesta integral ESG y experta en toda la cadena de valor, dando confianza y seguridad a través de nuestra red local.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial del Agua.