Pero, además y de forma responsable, con la puesta en marcha de Sigre, el sector farmacéutico asumía voluntariamente un compromiso que excedía las exigencias legales de aquel momento, como era hacerse cargo también de los restos de medicamentos que ya no se necesitaran o que estuvieran caducados para darles un tratamiento medioambiental específico.
Gracias a la colaboración de los farmacéuticos para ubicar el Punto Sigre de recogida de estos residuos en sus oficinas de farmacia y de las empresas de distribución del sector que se encargan de retirarlos y custodiarlos en las zonas habilitadas al efecto en sus instalaciones, el ciudadano dispone de un sistema cómodo, eficaz y con todas las garantías sanitarias y medioambientales para desprenderse adecuadamente de estos residuos.
Este compromiso de todos los agentes del sector farmacéutico en la obtención de este fin, desempeñando cada uno de ellos un papel determinante en la consecución de los objetivos, se sigue manteniendo, año tras año, y es la clave para la consecución de los objetivos alcanzados.