Sodira es uno de los principales actores en la producción de árido natural en España, un recurso conocido por su elevado volumen de consumo per cápita, así como por su relación directa con el nivel de desarrollo de una economía.
Los usos de los áridos en la construcción son diversos, siendo el más común la fabricación de hormigones, morteros y prefabricados, seguidos del asfalto para carreteras.
A su vez, dentro de cada uno de estos usos diferenciamos entre distintos niveles de calidad o exigencia en los materiales según se precisen mayores o menores requisitos técnicos. Así, por ejemplo, en el hormigón encontramos una división conforme a la resistencia que ofrece una vez endurecido, y en el asfalto conforme al nivel de tráfico y peso que soporta.
De esta manera, los yacimientos y sus áridos naturales son clasificados por la calidad que se consigue con ellos, y sus características para alcanzar usos de una determinada exigencia.
El caso de los áridos reciclados es similar. Dependiendo de la procedencia, su composición y el tratamiento de limpieza y clasificación al que se someta podremos certificar su utilización en elementos con mayores o menores requisitos técnicos.
Con una buena selección en origen y un proceso de tratamiento cuidado se pueden obtener calidades muy aceptables de los áridos reciclados, destacando la producción de suelos y zahorras artificiales, para su utilización en la formación del cimiento del firme en carreteras; la fabricación de gravas y material granular grueso, para su uso en hormigones de baja resistencia y como material drenante; y arenas finas, frecuentemente usadas como camas de tuberías.
Sin olvidar que todos los materiales deberán cumplir las características exigibles reflejadas en el Pliego de Prescripciones Técnicas Particulares del proyecto de construcción.
Debido a su procedencia heterogénea y el contenido variable de impurezas y suciedad, las características finales de los áridos reciclados difícilmente van a alcanzar los niveles de exigencia más restrictivos de las obras de construcción, dejando éstos para los áridos naturales de alta calidad.
Conscientes de esta realidad y de que las nuevas necesidades del mercado buscan soluciones más sostenibles y que garanticen la protección de la salud y del medio ambiente, en Sodira estamos convencidos de nuestra misión en ayudar a cerrar el círculo de vida de los áridos, gestionando también los áridos que en su día sirvieron en la construcción de nuevas obras, y que hoy son demolidos en forma de residuos, para transformarlos en nuevos productos una vez alcanzado el fin de su condición de residuo.
En la actualidad, estos Residuos de Construcción y Demolición (RCD) suponen más de un tercio de los residuos generados en la Unión Europea (hasta un 35 % según el nuevo PAEC de 2020), y lo que es más preocupante es que estos residuos en muchos casos no terminan valorizándose adecuadamente.
Por esto nos parece lógico pensar que podemos, y de alguna manera debemos, poner los recursos y experiencia que hemos adquirido tras más de 50 años de actividad en la explotación de canteras y posterior procesado para la fabricación de árido natural, en reciclar el árido proveniente de derribos, sacando el máximo provecho para su reutilización y cumpliendo los estándares de calidad y requisitos técnicos en función de la tipología de producto final deseado.
Actualmente, contamos con licencias para llevar a cabo la gestión integral de Residuos de Construcción y Demolición en varias de nuestras explotaciones, y estamos en trámites con la administración para ampliar esta gestión en otras comunidades en las que poder ofrecer esta solución sostenible.
Esta tribuna forma parte del Dosier Corresponsables: 8º Aniversario de los ODS, en colaboración con Metrovacesa.