Las crisis económicas, los cambios continuos que experimenta el mercado laboral y la pandemia han hecho mella en el modelo de talento del sector TIC y ha dejado un gran número de vacantes. A esto se suma el hecho de que el rol de la mujer en el sector, a pesar de haber ganado presencia y prestigio a lo largo de la última década, sigue sin tener la relevancia que debería.
Las carreras tecnológicas siguen siendo lideradas por la figura masculina. Así lo confirman datos del informe ‘Descifrar el código: la educación de las mujeres y las niñas en materia de STEM’ elaborado por la UNESCO del que se extrae que el solo 35% de los estudiantes matriculados en carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) son mujeres. El mismo estudio concluye que la cifra desciende hasta solo un 3% en el caso de las carreras TIC (tecnologías de la información y la comunicación).
Como mujer ingeniera con más de x años de experiencia, me consuela comprobar que en el ámbito concreto de la ciencia y la ingeniería la equidad y la igualdad de género a nivel nacional han experimentado un positivo progreso, consiguiendo que en la actualidad un 49,3% de los profesionales seamos mujeres, de acuerdo a los últimos datos aportados por Eurostat.
Aún queda mucho camino por recorrer para alcanzar una equidad real entre hombres y mujeres, que agrava aún más si cabe la falta de talento de la que hablaba al principio. La falta de talento nos brinda la oportunidad de motivar más que nunca a niñas y mujeres a formarse en el ámbito académico tecnológico, científico y en carreras de ingeniería, haciéndoles ver las grandes oportunidades profesionales que ofrece. Un sector que a mí personalmente me ha apasionado toda la vida, que me ha permitido realizarme como profesional, sabiendo que estoy contribuyendo al desarrollo de la sociedad, y en el que es fundamental aportar la visión femenina.
Es obligación de las empresas privadas, de la administración pública y de los propios profesionales en su conjunto promover la eliminación de sesgos, trabajar por la inserción de la niña y de la mujer en las carreras STEM y dar mayor visibilidad a referentes femeninos que han ayudado a cambiar el mundo en el pasado y que lo están haciendo en la actualidad. La tecnología, la ciencia, la han desarrollado hombres y mujeres por igual, el talento no entiende de géneros, ¿por qué entonces reducir la creatividad y el talento a la mitad?
En T-Systems decidimos reaccionar ante esta realidad y en 2020 pusimos en marcha junto al Cercle Tecnològic de Catalunya (CTecno) el proyecto ApadrinaTIC. La Covid-19 generó un fuerte impacto en muchas familias y, a través de esta iniciativa, brindamos apoyo económico y profesional a estudiantes de ingeniería informática y telecomunicaciones que se enfrentan a dificultades económicas. Personalmente y como responsable del proyecto he de reconocer que me conmueve gratamente el movimiento generado en torno a ApadrinaTIC, evitando que estudiantes que quieren cursar una carrera tecnológica se vean en la obligación de renunciar por motivos económicos.
A nivel social, tenemos el reto de valorar y reconocer el papel de las mujeres que desarrollamos nuestra carrera profesional en estos ámbitos. Líderes femeninos en materia tecnológica y científica que están abanderando el futuro de un sector en pleno apogeo. Sabemos que la transformación digital es más necesaria que nunca para aumentar la competitividad y resiliencia de las empresas. Y sabemos que la mujer ha de reclamar su posición en el presente y futuro tecnológico. Sin tecnologías las empresas no tendrán futuro y sin la adecuada oferta formativa y educación, los roles de género seguirán marcando nuestro futuro profesional y el de nuestros hijos e hijas.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial de la Mujer 2022.