En un mundo en constante cambio, las empresas enfrentan desafíos cada vez mayores para operar de manera sostenible y ética. En este contexto, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas se han convertido en una brújula crucial para guiar a las organizaciones hacia un futuro más responsable y equitativo. A lo largo de los años, hemos sido testigos de una notable evolución en la forma en que las empresas integran los ODS en su gestión de negocios, pasando de una preocupación marginal a una piedra angular de su estrategia.
Los ODS crean un marco que permite a las empresas alinear sus estrategias con desafíos globales, desde la pobreza y la desigualdad, hasta el cambio climático y la degradación ambiental; mientras que generan valor compartido para la sociedad y los accionistas.
Al asumir un compromiso serio con los ODS, las empresas pueden impulsar su reputación, acceder a nuevas oportunidades, gestionar riesgos, fomentar la innovación, atraer talento y, sobre todo, contribuir al desarrollo sostenible global. Según el informe “Contribución de las empresas españolas a la Agenda 2030: Resultados de la Consulta empresarial de desarrollo sostenible” realizado por el Pacto Mundial de Naciones y publicado el año pasado, un 79% de las empresas consultadas afirman que existen ventajas competitivas a la hora de implementar la sostenibilidad empresarial.
De esta manera, estos objetivos se han convertido en vectores que contribuyen a fortalecer la competitividad y la reputación de las empresas, por lo que cada vez más empresas integran los ODS en su estrategia de negocio. Según el mismo informe del Pacto Mundial que he mencionado antes, en 2022, 9 de cada 10 empresas españolas contribuía al cumplimiento de los ODS, y un 86% confirmaba que conocía los ODS.
Este aumento del peso de los ODS en la gestión de negocio ha traído, a su vez, un impulso en el interés por la medición de su cumplimiento. Las empresas han comenzado ya a adoptar indicadores de rendimiento relacionados con estos objetivos para presentar informes sobre sus actividades sostenibles. Unos informes que están ganando peso frente a inversores, consumidores y reguladores, que cada vez los tienen más en cuenta para decidir una inversión o una compra. También están siendo decisivos para las estrategias de captación y retención de talento, algo crucial en un sector como el tecnológico, que solo en el arranque de 2022 dejó sin cubrir 120.000 empleos, según datos del mercado.
La medición precisa del impacto se ha convertido en una prioridad, lo que ha llevado al desarrollo de herramientas y marcos de informes más sofisticados. Es el caso de Syrah, el cuadro de mandos avanzado desarrollado por T-Systems que permite parametrizar los objetivos y tácticas de sostenibilidad y obtener una evaluación en el tiempo del grado de cumplimiento de cada empresa o gobierno.
A pesar de que el límite 2030 está cada vez más cerca, el trabajo que queda aún por hacer es inmenso. Algunas empresas luchan por traducir los ODS en acciones concretas y no siempre logran un impacto significativo. Además, existe la preocupación de que el “greenwashing” pueda llevar a acciones superficiales en lugar de a adoptar un compromiso real.
No obstante, es cierto que seguimos avanzando hacia la consecución de los 17 objetivos más ambiciosos que jamás haya tenido la humanidad. Desde el entorno corporativo impulsamos acciones, nuevas formas de gestionar y nuevas formas de hacer negocio desde un punto de vista más responsable y sostenible.
Actualmente, un 57% de las empresas españolas ya cuenta con una persona o un departamento de sostenibilidad, que en un 37% de los casos, depende directamente de máximo responsable de la empresa. Estos datos muestran la evolución de la importancia de los ODS para las corporaciones y deja claro que su integración en la estrategia de negocio no es solo una elección ética, sino también un imperativo estratégico para las empresas que buscan un futuro próspero y responsable.
Esta tribuna forma parte del Dosier Corresponsables: 8º Aniversario de los ODS, en colaboración con Metrovacesa.