Han pasado ya cerca de tres años desde que en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático de 2019 (COP25), celebrada en Madrid, más de 500 empresas se unieran en torno al compromiso de reducir sus emisiones de carbono con una meta para 2030: alcanzar las cero emisiones netas. Es lo que se llamó la campaña NET ZERO. Desde entonces, las compañías avanzan en su estrategia, destacando muy especialmente las energéticas, que se encuentran en el foco informativo estos días.
De puertas para afuera, son más que evidentes los esfuerzos de estas organizaciones por mostrarse más verdes, habiendo invertido grandes sumas de dinero en transmitir este mensaje de sostenibilidad, con la aparición de nuevos logos, así como campañas publicitarias coloreadas de verde dentro del marco de lo que ahora se ha venido a denominar los criterios ESG (Environmental, Social, Governance) y que entroncan con la inversión sostenible y responsable (ISR).
Si ponemos foco a como estamos actuando en nuestro país ante la construcción de una nueva realidad necesaria, el compromiso parece más que evidente, apuntando desde hace más de dos años a una metamorfosis gradual del mix energético, la cual tiene como guía el Plan Nacional Integrado de la Energía y Clima (PNIEC). Dicho Plan, que viene a definir los objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, de penetración de energías renovables y de eficiencia energética, es muy ambicioso, pero no por ello menos alcanzable para nuestro país. De hecho, tal y como se muestra en el cuadro inferior, ya tenemos cubiertos el suficiente número de proyectos como para alcanzar las cifras teóricas de potencia instalada libre de emisiones:
Sin embargo y aunque es innegable que nos encontramos en la senda correcta, es preciso ser muy cuidadosos para que un árbol no nos impida ver todo el bosque. Dicho de otro modo, la transformación que está acometiendo el sector energético español es más patente en la parte de la cadena de valor más accesible y visible para el público generalista, pero, ¿qué sucede entre bambalinas? ¿Se están realizando ahí esfuerzos para conseguir los compromisos del acuerdo de París y construir un modelo que asegure una transición justa?
Este tipo de actividades menos visibles son, sin embargo, muy relevantes en la realidad actual de estas grandes compañías impulsoras del cambio, debemos reflexionar sobre si sus distintos procesos internos están realmente comprometidos con la consecución del objetivo de NET ZERO.
¿Sabemos si las rutas que transportan a sus trabajadores están constituidas por vehículos de bajas emisiones o no emisiones? En cuanto a la flota de vehículos de sus directivos, ¿son modelos electrificados respetuosos con el medio ambiente? ¿La energía que consumen sus oficinas tiene una procedencia limpia? En suma, el quid de la cuestión pasa por si estas compañías cuentan o no con una cultura y concienciación interna semejante a la que proyectan en sus campañas de marketing.
Podría pensarse que resulta complejo saber si la electricidad que consumimos en nuestros hogares es tan limpia como se nos promete. En realidad, no lo es si existiera una voluntad por parte de las compañías, dado que han emergido distintos mercados (Global Trading Systems) que sirven como punto de encuentro entre los generadores de energía libre de emisiones y los consumidores que desean adquirir energía procedente de fuentes renovables. En este mercado de oferta y demanda se opera con EACs (Energy Attribute Certificates).
Existen distintos tipos de EACs en función del mercado de comercialización (Europa – GO [Guarantee of Origin]; USA – REC [Renewable Energy Certificate]; 30 países en Asia, LATAM, Middle East – IREC [International Renewable Energy Certificate]). Aunque el público general lo desconoce, este entorno es un mercado regulado, existiendo una cadena de validaciones auditable que avala que la energía que el consumidor adquiere procede de un generador libre de emisiones.
El activo que se adquiere como parte de la transacción en el mercado es un certificado MWh de producción de electricidad, que crea un acuerdo contractual entre el generador de electricidad y el consumidor de esta. La gran ventaja de la compra de EACs es que no sólo certifica que un MWh de electricidad se ha generado a partir de fuentes renovables, sino que también revela cómo, cuándo y dónde se ha generado esa electricidad. En este sentido y, muy especialmente de cara a las grandes corporaciones, la adquisición de EACs puede reducir su huella de carbono y se ha convertido en la solución más fácil y rentable para alcanzar de forma creíble sus objetivos de descarbonización.
A pesar de ello, no todas las compañías que quieren actuar como motor del cambio en este proceso de descarbonización están aplicando el mismo esfuerzo de puertas adentro en su propia organización. Su definición de OKRs (Objectives and Key Results), esto es, el establecimiento de sus planes estratégicos derivados y comunicados hasta el último eslabón de cada una de sus cadenas de valor, sencillamente, ni es coherente ni está alineado con el posicionamiento que dicen haber adoptado.
Por ello, hoy más que nunca es importante huir de cantos de sirena y realizar una reflexión más profunda; no me refiero únicamente a los consumidores, sino también a los generadores de energía, que han de construir estrategias que ataquen todos los frentes en la lucha contra el cambio climático, abordando desde lo más básico, como el aseguramiento de la eficiencia energética de sus edificios a través de las rehabilitaciones oportunas, hasta la derivada enésima, que podría ser una evaluación de cómo de sostenibles y concienciados con el compromiso de descarbonización están todos sus proveedores homologados.
Con todo, las buenas noticias es que seguimos avanzando y cada vez estamos más concienciados hacia un mundo más descarbonizado; ese es el camino para que en algunos de esos impulsores del cambio no aplique nuestro sabio refranero español, ya saben, “en casa de herrero, cuchillo de palo”.
La cara oculta de la transición energética
Tribuna de José Ignacio López Osuna, Head of Utilities & Senior Consultant de Quint
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