Al hablar de sostenibilidad todavía se tiende a pensar únicamente en medioambiente, reciclaje, bajas emisiones, etc., pero la realidad es que el desarrollo sostenible va mucho más allá. Es el resultado de potenciar un equilibrio entre tres pilares fundamentales: el crecimiento económico, la responsabilidad social y, por supuesto, la protección medioambiental de la que hablábamos. Solo impulsando estas tres áreas, podremos generar un impacto positivo tanto en el plano medioambiental como en el social.
En nuestro caso, el contar con una amplia trayectoria en el sector orientados desde el inicio hacia la sostenibilidad de nuestros productos, nos ha permitido invertir en prácticas en distintas áreas, en un esfuerzo de mejora constante. Hemos implementando tecnologías más limpias, optimizado los procesos productivos, reducido nuestras emisiones y minimizado los residuos, y hemos podido dedicar más recursos a iniciativas sociales. Queremos aprovechar nuestra posición en el sector para convertirnos en un modelo hacia la sostenibilidad y buenas prácticas, tanto con nuestros trabajadores como con nuestra Red de fabricantes y distribuidores, el resto de empresas del sector y los usuarios finales que nos eligen cada día.
Este compromiso parte de la idea de que poner el foco en la sostenibilidad es poner el foco en el futuro del sector. Un futuro amigable con el planeta y del que poder sentirnos orgullosos. Para conseguirlo, las grandes empresas debemos ser consecuentes con lo que generamos, reduciendo al máximo nuestros desperdicios y dándoles una segunda vida. En esta transformación hacia una producción circular, la innovación tecnológica y el uso de metodologías como Lean, se convierten en herramientas al servicio del cambio. Herramientas por las que debemos apostar e integrar en nuestra actividad diaria, huyendo de la zona de confort o ese miedo al cambio.
Son los pequeños hitos los que propician los grandes cambios. Es por ello por lo que no debemos desviar el foco de las personas, que son quienes forman y dan sentido a nuestra actividad. Debemos ser un reflejo de lo que la sociedad demanda, implantando políticas que favorezcan el bienestar, la igualdad y la conciliación familiar del trabajador. No podemos ser meros fabricantes, sino que nuestra actividad, nuestro producto, debe ir acompañado de una filosofía de vida.
La RSC es el último eslabón de nuestra cadena de desarrollo sostenible, pero no por ello el menos importante. Conscientes de nuestra posición en el mercado, buscamos equilibrar nuestro impacto y devolverle a la sociedad parte de lo que nos ha dado, implementando acciones que contribuyan a una mejora social y medioambiental.