Clade es un grupo multisectorial de empresas y organizaciones de la economía social, cada una de ellas referentes en su sector de actividad. El objetivo de los 11 miembros de Clade es prestar servicios y ofrecer productos de calidad y que den respuesta a las necesidades de la ciudadanía, por lo tanto, queremos ser competitivos y referentes en el mercado con el fin de transformar la economía en clave social a través de proyectos con propósito, sólidos y rentables. Como grupo, y también individualmente, las empresas de Clade somos una alternativa necesaria a los modelos clásicos de la economía mercantil y trabajamos para consolidar la economía de triple impacto (social, económico y medioambiental).
Desde este punto de partida fundacional, representamos sectores diversos a la vez que compartimos los valores de la economía social. Estas empresas son actualmente Abacus Cooperativa, Comunidad Minera Olesana, Cooperativa Plana de Vic, Corma, Escuela Sant Gervasi, Fedefarma, Fundación Blanquerna, Pere Claver Grup, Orquesta Sinfónica del Vallès, Previsora General y Suara Cooperativa, y posiblemente durante 2024 veremos nuevas incorporaciones.
Vale la pena recordar la definición de la economía social como aquel conjunto de actividades empresariales que, desde el sector privado y persiguiendo el interés general económico o social (o ambos) llevan a cabo empresas y organizaciones de diferente forma jurídica (cooperativas, sociedades anónimas laborales, mutualidades, fundaciones, entre otros), siguiendo unos principios básicos comunes. Estos principios básicos son, en primer lugar, priorizar a las personas y el objeto social por encima del capital y el beneficio, basando su gestión en la gestión democrática y participativa y fomentando el trabajo de calidad; en segundo lugar, la solidaridad y equidad económica, reinvirtiendo los excedentes en los propios objetivos sociales y, en tercer lugar, promover la solidaridad interna y con la sociedad.
El triple impacto es intrínseco a nuestra manera de entender la actividad económica. Las 11 empresas que integramos Clade tenemos un fuerte vínculo con el territorio, nuestras respectivas áreas geográficas de actuación están muy definidas y eso nos permite conocer también de primera mano cuáles son las necesidades de la población que vive en él. Esta visión de proximidad -que es un valor diferencial del modelo que defendemos- nos permite ser, en muchas ocasiones, más eficientes y competitivos. Las empresas de Clade promovemos el sentido de comunidad que vertebra la economía y la sociedad; entre trabajadores, con clientes y con el entorno.
La sostenibilidad económica tiene relación con la puesta en marcha de proyectos con visión a largo plazo, con una clara voluntad de permanencia, lo que también implica una apuesta por la innovación permanente para adaptarse a las necesidades de las personas.
Las empresas de la economía social también somos ejemplo en cuanto a la solidaridad y equidad económica. Por un lado, y derivado de nuestro compromiso con el territorio, nuestros impuestos contribuyen al bienestar social mediante los mismos, a la vez que, bajo el principio de solidaridad, defendemos una proporción equilibrada de las retribuciones en tota la comunidad de socios y/o trabajadores, reinvirtiendo los excedentes en los propios proyectos. De este modo todo el mundo sale beneficiado.
Para conseguir que estos valores se pongan en práctica, las empresas de Grupo Clade compartimos unos modelos de gobernanza democráticos y transparentes, de acuerdo con las características de cada una de las organizaciones, pero dando prioridad a la rendición de cuentas.
Desde nuestra posición de grupo referente catalán de la economía social pensamos que hay que seguir trabajando para garantizar e impulsar el protagonismo de la economía social. Y si realmente queremos que la economía social tenga un papel relevante que pueda transformar la economía necesitamos empresas y entidades punteras en sus ámbitos de actuación.
Somos conscientes de que hay oportunidades para el crecimiento porque el tiempo nos ha dado la razón, en el sentido de que la apuesta por la economía del propósito empieza a ser compartida también por las empresas mercantiles. Estas empresas están justo dando este giro; en nuestro caso, esta filosofía forma parte de nuestro ADN y de nuestra visión sobre la actividad económica desde el primer momento. Tenemos asumidos como propios aspectos que a otros seguramente les costará años de implementar y lo que nos seguirá diferenciando es que no será el ADN de estas empresas. Tenemos la capacidad productiva, organizativa y de talento para seguir creciendo y siendo cada vez más protagonistas.
Esta tribuna forma parte del Dosier Corresponsables: La gestión responsable en los territorios de Catalunya, de la mano de Respon.Cat.