La movilidad sostenible es, sin duda, un objetivo clave de la agenda 2030 contemplado en el número 11 de los ODS, bajo el nombre de Ciudades y comunidades sostenibles, que nos interpela y nos compromete a llevar a cabo una acción conjunta y decidida para lograr avances reales que mejoren la vida en los núcleos urbanos, en los que se concentra más de la mitad de la población mundial.
En este sentido, la búsqueda de una mejora en nuestro entorno urbano, que durante muchos años ha estado basado en un modelo de ciudad que primaba el crecimiento rápido y en ocasiones, descontrolado, además del uso vehículo privado como principal medio de transporte, debe ser una prioridad y un objetivo compartido entre gobiernos, empresas y particulares.
Según datos facilitados por la ONU, las ciudades del mundo ocupan solo el 3% de la tierra, pero representan entre el 60% y el 80% del consumo de energía y el 75% de las emisiones de carbono. Además, la rápida urbanización está ejerciendo presión sobre los suministros de agua dulce, las aguas residuales, el entorno de vida y la salud pública.
Por tanto, optar por un modelo más consciente y respetuoso con el medio ambiente que evite una mayor contaminación del aire y un menor consumo energético, ya no es una opción, es una obligación como ciudadanos responsables y comprometidos con el medio ambiente y con el futuro de las próximas generaciones.
Desde Unilever, somos muy conscientes del papel que desempeñamos y de la responsabilidad que tenemos en lograr un impacto positivo en la sociedad en todos los ámbitos en los que estamos presentes. Para ello, nuestra estrategia corporativa Unilever Compass establece cómo hacerlo y cómo lograr que la vida sostenible sea una realidad.
En relación con la movilidad sostenible, llevamos años impulsando distintas acciones con el objetivo de favorecer un modo de transporte respetuoso con el medio ambiente. Fomentamos los desplazamientos a la oficina en transporte público o en coche compartido. También tenemos habilitados 6 puntos de recarga en el parking de nuestras oficinas, para facilitar la vida de aquellos empleados que conducen vehículos eléctricos y cumplir con la legislación.
Asimismo, el modelo híbrido que hemos implantado en nuestras oficinas que sólo requiere dos días de presencialidad en las oficinas, forma parte de nuestra política para favorecer la movilidad sostenible y, en consecuencia, mejorar el bienestar de nuestro medioambiente. Actualmente, el 97% de nuestros más de 300 empleados se han acogido al programa, por lo que han dejado de utilizar su vehículo personal o transporte público para ir al lugar de trabajo. Esta significativa reducción de desplazamientos contribuyendo a minimizar las emisiones de CO2.
Otro de los hitos de los que estamos muy satisfechos y que nos indica el camino por el que tenemos que seguir, es nuestra adhesión en el año 2017 al movimiento Lean&Green, una plataforma de colaboración que tiene como objetivo ayudar a las empresas de todos los sectores a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero derivadas de las actividades logísticas, y generar así una red de organizaciones líderes en el campo de la logística sostenible, y que pasa por asumir el compromiso de reducir en 5 años en un 20% la emisión de gases de efecto invernadero, y llegar a conseguir el objetivo de la descarbonización de la logística.
Todos estos pequeños gestos contribuyen a un cambio de paradigma en cuanto a la forma de relacionarnos y desplazarnos en nuestro entorno, y son un importante punto de partida, pero son insuficientes si se realizan de forma aislada, debemos generar escala. Necesitamos de una gestión coordinada y comprometida entre los distintos agentes sociales para conseguir avances y lograr, entre todos, que nuestras ciudades sean más inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Movilidad con Impacto – Cabify