Cada 11 de febrero, el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia nos recuerda la necesidad de abordar la desigualdad de género en las disciplinas STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). Aunque ha habido avances en la inclusión de mujeres en estos campos, aún persisten desafíos significativos. La representación femenina en la ciencia sigue siendo insuficiente y el acceso a roles de liderazgo en tecnología e investigación es limitado. Esta brecha no solo es una cuestión de equidad, sino que impacta directamente en la capacidad innovadora y el desarrollo socioeconómico global.
Según la UNESCO, las mujeres representan solo el 33,3% de los investigadores a nivel mundial, y apenas el 35% de los estudiantes en carreras STEM son mujeres. Esta brecha no responde exclusivamente a la falta de vocaciones científicas femeninas, sino a barreras estructurales que dificultan su desarrollo profesional, como estereotipos de género, escasez de modelos a seguir y dificultades en la conciliación laboral y personal.
En este contexto, el voluntariado corporativo emerge como una herramienta clave para reducir estas desigualdades, proporcionando orientación y apoyo a las nuevas generaciones de mujeres interesadas en la ciencia y la tecnología. El sector empresarial tiene un papel fundamental en la promoción de la diversidad en STEM. A través del voluntariado corporativo, las empresas pueden inspirar vocaciones científicas en niñas y jóvenes, ofreciendo acceso a referentes femeninos, fomentando el interés por la ciencia desde edades tempranas y promoviendo modelos de éxito accesibles. Este tipo de iniciativas fortalecen el vínculo entre la educación y el mundo profesional, contribuyendo a reducir la brecha entre la formación académica y la demanda del mercado laboral.
El voluntariado corporativo aplicado a STEM puede manifestarse en diversas formas. Por ejemplo, los programas de mentoría, en los que profesionales del sector guían y acompañan a jóvenes en su desarrollo académico y profesional, son fundamentales para incrementar la confianza y motivación de las futuras científicas. Investigaciones han demostrado que el contacto con modelos a seguir femeninos en STEM aumenta significativamente la probabilidad de que las niñas elijan estas carreras.
Otro aspecto clave es la divulgación científica, que permite a las empresas crear espacios educativos que acerquen la realidad del sector a estudiantes en formación. Talleres en colegios, actividades experimentales y visitas a centros de innovación pueden hacer que la ciencia y la tecnología sean más tangibles y atractivas para las nuevas generaciones. Estas experiencias contribuyen a desmontar prejuicios y amplían las oportunidades para que más mujeres se integren en el sector.
Las compañías también pueden participar en programas de formación y capacitación en colaboración con instituciones educativas y entidades sociales. Iniciativas como becas, pasantías y estancias en entornos de investigación permiten que más mujeres accedan a oportunidades laborales de calidad. Este tipo de sinergias no solo promueven la equidad en STEM, sino que también fortalecen el ecosistema de talento y aportan beneficios al tejido empresarial.
El impacto del voluntariado corporativo en la equidad de género no se limita a las personas beneficiadas. Las empresas que implementan estos programas fortalecen su cultura organizativa, fomentan la diversidad y refuerzan el compromiso de sus empleados. Quienes participan en estas iniciativas desarrollan habilidades clave como el liderazgo, la comunicación y la empatía, generando un entorno laboral más inclusivo y dinámico. Además, las compañías que invierten en equidad de género en STEM mejoran su reputación y su capacidad de atraer talento diverso y altamente cualificado.
Desde Voluntare, reafirmamos nuestro compromiso con la promoción de la igualdad de oportunidades en ciencia y tecnología a través del voluntariado corporativo. Con motivo del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, celebramos una edición especial de nuestra Voluntare Talks. Durante esta sesión, dedicada a la equidad de género en STEM, abordamos las estrategias efectivas para reducir la brecha de género y superar los desafíos existentes.
Reducir la desigualdad en STEM exige un compromiso sostenido del sector privado. Las empresas tienen el potencial de generar un impacto real mediante el voluntariado corporativo, fomentando mentorías, formación y visibilidad para las mujeres en la ciencia y la tecnología. No se trata solo de una cuestión de equidad, sino de una inversión en talento y en el futuro de la innovación.