En este contexto de integración, el movimiento del #8M nos convoca a conmemorar la lucha de las mujeres por sus derechos y también nos invita a repensar el papel que los hombres desempeñan en esta búsqueda de igualdad. El último informe de los ODS indicó que a nivel mundial, casi 2400 millones de mujeres no tienen los mismos derechos económicos que los hombres. La campaña anual de ONU Mujeres refuerza la importancia de financiar los derechos de las mujeres para acelerar la igualdad.
Para derribar barreras y acercarnos a las metas que hemos comprometido en los OSD nos preguntamos: ¿Cómo podemos contribuir a la transformación definitiva de los espacios de trabajo y de la sociedad en general?
El tema de la campaña para el Día Internacional de la Mujer 2024 es Inspirar Inclusión. El compromiso de las empresas hacia la igualdad de género, necesita activar intervenciones organizacionales de largo plazo que generen transformaciones con perspectiva de género a través de programas disruptivos que fomenten el encuentro e inspiren conversaciones que desafíen los estereotipos y roles de género.
Fomentar la colaboración la implementación de ERG (Employee Resource Group) en cada organización y redes de mujeres corporativas para desafiar las estructuras existentes y fomentar un ambiente de trabajo diverso e inclusivo Incentivando a las mujeres a ser auténticas y a expresar sus identidades de manera plena, para romper con las expectativas tradicionales y empoderar a las participantes para que vivan de acuerdo con sus valores y aspiraciones individuales.
La participación de estos grupos fomenta la responsabilidad personal y colectiva en la promoción de la igualdad de género. Cada participante es animado a asumir un papel activo en la creación de un entorno equitativo, desde el lugar de trabajo hasta la comunidad. Los esfuerzos colectivos por la igualdad de género deben incluir y construir espacios de socialización que permitan la reflexión en colectivo sobre el ejercicio de la masculinidad tradicional y así desmontar creencias que replican de forma sutil y también explícita las desigualdades de género y la violencia sexista. Asimismo, desarrollar competencias socioafectivas en varones a través de metodologías experienciales, que posibiliten un cambio de percepción sobre la masculinidad y el ejercicio del poder.
Incorporando estos elementos en sus programas anuales transformadores, las organizaciones impulsan el capital social y rediseñan mejores lugares de trabajo para todas las personas, reconociendo que el cambio real comienza desde adentro.
A falta de solo siete años, apenas el 15,4 % de los indicadores del Objetivo 5 de los que se disponen datos van «por buen camino», el 61,5 % se encuentra a una distancia moderada y el 23,1 % está lejos o muy lejos de las metas para 2030. Para que las organizaciones puedan acelerar su labor hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) mediante el desarrollo interior, es vital destacar la importancia de los Inner Development Goals (IDG), un marco que va más allá de las metas externas y se enfoca en el desarrollo interno de cada individuo.
Los IDG proponen una reflexión profunda sobre nuestro ser, cuestionando estereotipos del deber ser conectando con nuestra autenticidad y abriendo la posibilidad de expandir una nueva forma de situarnos ante el mundo y la comunidad.
Los IDG nos invitan a avanzar más allá de las apariencias superficiales y a centrarnos en el desarrollo del pensamiento crítico y la autonomía. Al integrar estos objetivos internos, no solo trabajamos hacia la igualdad de género, sino que sentamos las bases para construir sociedades resilientes y capaces de abordar desafíos sostenibles a largo plazo.
Un desafío importante para dar cabida a estas transformaciones de manera corresponsable es avanzar hacia una sociedad de los cuidados que preserve el medioambiente y la sostenibilidad de la vida, que reconoce la interdependencia entre las personas, la dimensión ambiental y el desarrollo económico y social en forma sinérgica. Valorar socialmente las prácticas de cuidado contribuye a la construcción de comunidades más fuertes y promueve la igualdad y la equidad en la distribución de responsabilidades.
Es momento de asumir el desafío de cuestionar los roles tradicionales, de reflexionar sobre nuestras propias acciones y de contribuir activamente a la construcción de un mundo inclusivo. Con valentía y compromiso, podemos acelerar nuestro camino hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible con el marco de los IDG, promoviendo buenas prácticas y siendo parte activa en la reversión de las diferencias de género. En unidad, transitamos hacia un futuro donde la igualdad y la equidad son los pilares de una sociedad más justa y sostenible.
Esta tribuna forma parte del Dosier Corresponsables: 8M, Día Internacional de la Mujer 2024.